Más de ocho millones de alumnos siguen actualmente su formación desde casa debido al confinamiento por el coronavirus tras declarar el estado de alarma el 14 de marzo. Apenas falta un mes para que finalice el curso y ya se tiene en mente el próximo. Menos alumnos por clase y docencia telemática son dos de las pautas que regirán su arranque, según manifestó la ministra de Educación, Isabel Celaá. Si en septiembre, cuando comiencen las clases, no hay vacuna contra el coronavirus, los alumnos volverán a las aulas, pero lo harán con novedades.

El Ministerio de Educación ha presentado recientemente un borrador sobre las recomendaciones para volver a los centros educativos de cara al curso 2020-2021. En el mismo señalan que se debe tener suficientes ordenadores o tablets para realizar las labores educativas y que así todos los alumnos puedan tener la posibilidad de una educación online por si se diera un repunte de casos por coronavirus. En el documento señala que los centros tendrán que hacerse cargo de dar a los alumnos este tipo de dispositivos por medio de entregas o préstamos y evitar que suceda lo que pasa ahora, que muchos niños no tienen dichos dispositivos en sus casas para poder recibir las clases online.

También se recoge en el informe que hay que pensar en el próximo curso y facilitar a los estudiantes todas las medidas para seguir su formación durante el tiempo que persista el covid-19. Además, se plantean las medidas a seguir para cumplir con el distanciamiento social por coronavirus, algo que ya han hecho algunas escuelas al abrir sus puertas en la fase 2 de la desescalada durante la pandemia.

Plan de contingencia antes de las vacaciones. Asimismo, el Ministerio señala en el borrador que de cara al próximo curso se debe contar con planes por si se da una nueva suspensión debido a un rebrote del virus. "Esa será una tarea prioritaria para desarrollar en este próximo periodo de actividad escolar previo a la finalización del curso", indica el documento.

Para ello, el Ministerio enumera varias recomendaciones, como la provisión de material higiénico y sanitario, mantener la distancia de seguridad con limitación de aforos en aulas y otros espacios como patios y zonas comunes para el alumnado.

Menos alumnos por clase y más mascarillas. Asimismo, el Ministerio de Educación estudia con las comunidades autónomas reducir el número de alumnos que compartan aula de cara al curso que viene. La propuesta que hay encima de la mesa fija el límite máximo de alumnos en 15 -se recomienda que los grupos en Primaria sean de 13 estudiantes cada uno y en Secundaria de 15-., mientras que actualmente el ratio máximo de estudiantes por clase oscila entre 28 y 40, dependiendo de las autonomías y los niveles educativos.

Además, los alumnos tendrían que llevar mascarillas, las salidas y entradas al centro tendrán que ser escalonadas, los escolares tendrán que lavarse las manos en varias ocasiones y los padres deberán tomarles la temperatura diariamente antes de acudir al centro educativo.

El Ejecutivo central y los gobiernos autonómicos estudian poner en funcionamiento un sistema de enseñanza mixta, que combine formación presencial y online. Los alumnos se turnarían para recibir las lecciones en las aulas -en turnos de mañana y tarde o alternando la asistencia por días o semanas-, ya que la opción de desdoblar grupos se antoja inviable. Esa solución requeriría duplicar las plantillas de profesores, a la vez que ampliar los espacios docentes.

"Hay que compaginar la escuela con la necesidad del control epidemiológico, y la prioridad es evitar el contagio, la salud pública", destacó un portavoz del Ministerio de Educación. Las autoridades educativas asumen que, salvo que se encuentre una terapia eficaz contra el covid-19 antes de septiembre, para cuando dé inicio el próximo curso académico continuarán vigentes las medidas de distanciamiento social. La ventaja respecto a la abrupta suspensión en marzo del curso actual es que esta vez los responsables educativos sí podrán disponer de tiempo para preparar materiales y diseñar la enseñanza a distancia a través de internet, proporcionando herramientas adecuadas a todos los alumnos. Además, al haber menos escolares los profesores podrán mejorar la atención individualizada en el aula.