Uno de los vuelcos más importantes que ha sufrido la sociedad en los últimos meses ha sido el uso de pantallas de los menores, sobre todo las de los móviles. Los expertos llevan décadas aconsejando que se controlase el uso de estas a los más pequeños por el daño que podían causar a su desarrollo y por potenciar actitudes sedentarias que podían conducir a la obesidad, pero el covid-19 destrozó todas esas consideraciones cuando los móviles, tablets y ordenadores pasaron a ser prácticamente la única ventana para comunicarse con el mundo. Igual que el teletrabajo en los adultos, en los niños y adolescentes se impuso la teleeducación por la vía rápida, y también para comunicarse con amigos y la familia, para el ocio€

La consecuencia de ello es que se ha disparado desde marzo el tiempo que los niños y adolescentes pasan delante de todo tipo de pantallas. Según el estudio "El impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento" elaborado por Empantallados y GAD3, los más pequeños las utilizan a diario de lunes a viernes durante casi cuatro horas (un 76% más que antes del confinamiento) y dos de cada tres familias considera que los beneficios de su uso han sido, en su entorno , superiores a los riesgos. Las nuevas exigencias obligaron a las familias a comprar algún dispositivo para la teleeducación (49%), el trabajo de los adultos (29%) o el ocio digital.

En la misma dirección apunta un análisis realizado por la app Qustodio entre las familias con niños de 4 a 15 años, que ha detectado un aumento "exponencia" del tiempo que los menores utilizan internet. Este análisis concluye un lapso ligeramente superior al de Empantallados: más de 4 horas (81 minutos jugando, 82 minutos en TikTok, 75 minutos al día en Youtube y apenas un cuarto de hora en plataformas educativas).

El que los menores necesiten estar conectados para la enseñanza y socializar no significa que haya que darles carta blanca para el consumo de todo tipo de contenidos digitales, con todos los peligros que ello conlleva. Los padres deben posibilitar que sus hijos hagan uso de la tecnología sin poner en riesgo su salud, su privacidad y su seguridad, comentan los expertos, que proponen como solución que los progenitores establezcan horarios de uso adecuados a cada situación.

El análisis de Qustodio desvela que el mayor incremento en el uso de pantallas se ha producido en torno a las redes sociales. Los menores han pasado un 200% más de tiempo en ellas que antes del confinamiento, y también ha cambiado su red preferida: TikTok, que ocupa un primer puesto en el que hasta hace poco estaba Instagram. Una de las razones de este cambio puede ser que los influencers están mudándose de Youtube a TikTok, así como que los padres también se han animado a hacer vídeos para esta red social en alza.