El curso 2020-2021 está llamado a desarrollarse con estricta observancia de las medidas de prevención y lucha contra la propagación del covid-19, conforme determine la autoridad sanitaria en cada momento, procurando siempre una educación de calidad.

Las medidas de seguridad en los centros escolares son muy importantes, pero el comportamiento de las familias también es un elemento fundamental para lograr que se interrumpa la transmisión del coronavirus, que ahora mismo está en un índice de riesgo alto. Alumnos y profesores deben cumplir numerosas medidas que afectan a la vida en las aulas y los patios, con la esperanza de que sean temporales y más llevaderas de lo que inicialmente parecen. La anécdota de un maestro de otra comunidad autónoma recoge la capacidad de resiliencia de los niños. Pidió a sus alumnos dibujar un autorretrato y una niña levantó la mano rápidamente en busca de una precisión: "¿Con mascarilla o sin mascarilla?".

Entra dentro de la pura lógica que los padres deben llevar a sus hijos sin síntomas compatibles con el covid-19 para evitar que el niño, en caso de que estuviera infectado, pueda contagiar el virus a otros. Esta medida es fundamental para romper las cadenas de transmisión. Si se observan síntomas, hay que llamar al pediatra y seguir sus indicaciones, e informar a la escuela. Previamente, las familias habrán entregado firmado un documento de responsabilidad conforme se comprometen a cumplir con estas medidas.

Y ¿cuáles son los síntomas a los que hay que estar atento? Para los menores de 14 años: fiebre de 37.5º C, tos, dificultad para respirar, vómitos o diarreas, cefalea, malestar y dolor muscular. Mocos y dolor de cuello, sin fiebre, no son síntomas. Para los mayores de 14 años: todo lo anterior además de escalofríos y pérdida del gusto u olfato. En la mochila hay que incluir todo el material escolar necesario, ya que el niño no puede compartirlo, y una botella de agua. También se recomienda llevar una segunda mascarilla y una bolsa de papel o de plástico para guardarla, por ejemplo a la hora de comer. La recomendación es evitar el automóvil y llegar a pie, en bicicleta o en medio de transporte público, por este orden. En todo caso, se pide que solo acompañe al menor un adulto, si es necesario.

Las escuelas han organizado una escala de horarios de entrada y salida por los accesos de que disponen que aseguran una circulación fluida, tanto a primera hora de la mañana como al finalizar la jornada. Se trata de que los grupos de convivencia entren cada diez minutos. Para que funcione requiere la máxima colaboración de las familias en cuanto a puntualidad.

Las mascarillas son obligatorias para todas las edades (a excepción de las clases de Infantil) cuando se circule por el centro. Los profesores llevarán mascarilla, a excepción de cuando sea necesario retirarla por motivos pedagógicos. Resulta apropiado que se vigile el buen estado de la mascarilla y que cumpla con la normativa UNE.

Todos los alumnos se dividen en grupos de convivencia estable y estancos, también llamados "grupos burbuja", diseñados así con una finalidad de prevención y para facilitar la tarea de trazabilidad de casos y contactos. En estos grupos no se establece una superficie de seguridad mínima equivalente a un radio de 2,5 metros cuadrados, como en oficinas y otros espacios. Aunque los estudiantes deben estar a un metro de distancia unos de otros. Si bien no hay medidas de distancia entre los miembros de un grupo estable, sí la hay con la del resto de grupos. Cualquier alumno debe mantenerse a una distancia de 1,5 metros de cualquier otra persona que no pertenezca a su grupo.

Junto a la mascarilla, el lavado frecuente de manos es clave para impedir la transmisión del virus. Los alumnos se lavarán las manos (el proceso más efectivo para eliminar el virus) o se aplicarán gel hidroalcóholico cada vez que entren y salgan del aula, antes y después de ir al baño, y antes y después de comer e ir al patio.