Barcelona, Efe

El Gobierno y la Generalitat sellaron un pacto para iniciar el 1 de mayo las obras de prolongación del llamado minitrasvase del Ebro a Tarragona, con el fin de aportar unos 50 hectómetros cúbicos de agua al área de Barcelona procedente de los «excedentes» de los regantes del delta.

Así lo anunciaron la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, y el consejero catalán del ramo, Francesc Baltasar, quienes destacaron que se trata de una medida «provisional» y de «emergencia» que no «restará ni una gota más de agua del río» ni menoscabará su caudal.

Los responsables de Medio Ambiente del Gobierno y de la Generalitat rechazaron que se pueda llamar «trasvase» a esta actuación y explicaron que la tubería que conectará el agua procedente del Ebro con el sistema Ter-Llobregat tendrá unos 62 kilómetros y transcurrirá, de manera subterránea en su mayor parte, por la zona de servidumbre de la autopista AP-7.

La obra costará entre 170 y 180 millones, que correrán a cuenta de las inversiones del Estado en Cataluña recogidas en el Estatut. El acuerdo incluye la inversión de 24 millones para acelerar un plan de mejora de los regadíos del delta del Ebro.

Los regantes tienen unos excedentes de 120 hectómetros al año, que venden al Consorcio de Aguas de Tarragona, organismo que utiliza unos 80 hectómetros, por lo que los restantes irían al área de Barcelona a través de la nueva tubería.

Espinosa se reunió ayer durante dos horas y media con el presidente catalán, José Montilla, y con Baltasar para cerrar un acuerdo definitivo ante la sequía. En la posterior comparecencia, la Ministra afirmó que la prolongación del minitrasvase no tendrá ningún impacto ni será necesaria una declaración ambiental de las obras por motivos de urgencia, y que la tubería sólo podría ser utilizada otra vez en un nuevo caso de extrema sequía, a través de una nueva autorización por decreto ley.

El consejero Baltasar precisó que con la entrada en funcionamiento de la desalinizadora del Prat (Barcelona), en mayo de 2009, esta solución de emergencia no volverá a ser usada. Las obras para instalar la tubería comenzarán el 1 de mayo, una vez que se apruebe el decreto ley y se firme el convenio entre ambas administraciones, para que los trabajos estén listos en otoño y se eviten así cortes de agua en el área de Barcelona. Las obras a lo largo de 62 kilómetros estarán acabadas en octubre, gracias a que se ejecutarán simultáneamente por distintos puntos entre Tarragona y Olèrdola (Barcelona).

Ante las críticas y las amenazas de Francisco Camps al que el PSOE llamó ayer «chiquilicuatre», la ministra Espinosa destacó que infraestructuras similares se llevaron a cabo años atrás en Murcia y la Comunidad Valenciana ante graves períodos de sequía como el que ahora sufre Cataluña. «Esta obra es de carácter provisional, y no se sacará ni una sola gota de agua del Ebro», dijo Baltasar.

Además, el Gobierno va a acelerar la puesta en marcha de un plan de mejora de los regadíos del delta del Ebro, que permitirá ahorrar cada año unos 50 hectómetros cúbicos de agua, casi la misma cuantía que requiere el área metropolitana para no sufrir cortes de suministro. El coste de 24 millones lo asumirá el Ejecutivo central. Las obras, que empezarán a primeros de mayo, permitirán sustituir cien kilómetros de acequia por tuberías de poliuretano, minimizando las pérdidas de agua.

Los regantes del delta negaron ayer haber negociado la interconexión de redes o la venta de agua. El Gobierno valenciano acusó a Zapatero de humillarlos y el de Aragón optó por la espera para valorar si esta nueva captación del Ebro es un trasvase. En cambio, el PSOE regional criticaba la obra aprobada y pedía otras soluciones, la Chunta expresaba su rechazo frontal y el PP denunciaba el silencio de presidente autonómico.

Los ecologistas denunciaron que el tripartito se opuso al minitrasvase cuando lo planteó CiU, que ahora exige un acuerdo sobre el Ródano para aceptarlo. El PP culpó a Zapatero de enfrentar a las regiones en la guerra del agua al haber rechazado su plan de trasvase y exigió al Gobierno una solución global y que no siga con su política de parches.