Bilbao

El portavoz del PP del País Vasco, Leopoldo Barreda, aseguró ayer que «nadie cuestiona el liderazgo de María San Gil» al frente de los «populares» vascos, «pero es evidente que yo tengo confianza en Mariano Rajoy, y como yo, la mayoría del partido».

Barreda terció ayer, en declaraciones a «Efe», en el debate en que se ha visto envuelto el PP del País Vasco tras afirmar el pasado lunes su presidenta, María San Gil, que había perdido la confianza en el líder nacional de su formación, Mariano Rajoy, y anunciar su intención de adelantar el Congreso de los «populares» vascos al próximo mes de julio.

El portavoz parlamentario del PP vasco ha manifestado, en relación al posible adelanto de la cita congresual, prevista en principio para la primavera de 2009, que «yo soy de los que piensan que esto no es algo necesario ahora».

No obstante, se ha mostrado partidario de esperar a ver el planteamiento que supone que hará a este respecto María San Gil en la reunión que la junta directiva de su partido celebrará hoy, lunes, por la tarde, en San Sebastián.

Barreda aseguró también que el partido en el País Vasco no está dividido por territorios entre los partidarios o no de la postura de María San Gil, y agregó que «la percepción muy mayoritaria» dentro del PP Vasco es que «hay confianza en Mariano Rajoy y que María San Gil sea nuestra presidenta».

Interrogado sobre la fecha para la posible reunión en Madrid entre María San Gil y Mariano Rajoy, el portavoz de los populares vascos señaló desconocer que se haya fijado ya.

Dentro de la crisis de liderazgo que sufre el PP desde su derrota electoral de marzo, hoy, lunes, vuelve a ser una fecha importante, ya que se esperan comparecencias públicas del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón -aliado objetivo de Rajoy en su choque con la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre-, y del ex presidente Aznar, quien ha mostrado en privado preocupación por el rumbo que toma el liderazgo de Rajoy. Rajoy se reserva para mañana.

Miles de personas -30.000, según los organizadores, y entre 6.000 y 8.000, según la Policía Local- se manifestaron ayer en Amposta contra la prolongación del minitrasvase del Ebro y a favor de que se paralice la construcción de la tubería que debe llevar agua a Barcelona. Los manifestantes -en la foto- procedían mayoritariamente de las tierras del Ebro, pero también de Aragón, la Comunidad Valenciana e incluso del área metropolitana de Barcelona, según los organizadores de la protesta.