Bilbao

La concentración del viernes frente a la sede nacional del Partido Popular (PP) en apoyo a María San Gil, y en la que se lanzaron gritos reclamando la dimisión del líder del partido, Mariano Rajoy, ha generado «vergüenza ajena» en algunos dirigentes del PP vasco, que atribuyeron la protesta a la «manipulación» de parte de las bases del partido por «grupos de ultraderecha y determinados medios de comunicación».

Fuentes del PP vasco calificaron de «impresentable» la concentración, y, tras expresar su «confianza» en Rajoy, lamentaron la existencia de «una campaña para desacreditar al partido» y a su líder.

Dicha campaña, afirmaron las mismas fuentes, ha sido «orquestada desde fuera» y, aunque cuenta con algunos apoyos «desde dentro» del partido, éstos no tienen «ninguna representación de las bases». «Desde el PP vasco, la mayoría de las personas que estamos aquí, amenazadas y jugándonos el pellejo por el proyecto del PP, consideramos inaceptable esta situación», añadieron.

Una segunda concentración ante la sede del PP reunió a primera hora de la tarde de ayer a más periodistas que manifestantes, que no pasaron de la decena.

Así las cosas, el secretario general de los populares madrileños, Francisco Granados, consideró que estas manifestaciones «deterioran la imagen del PP, y lo contrario es negar la realidad». De la misma opinión es el portavoz del PP en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda, para quien la concentración del viernes dio «una imagen cutre, la expresión de la impotencia de algunas personas, fundamentalmente de fuera del PP».