Madrid

El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó ayer por mantener las buenas relaciones con Marruecos y descartó recurrir al Rey Juan Carlos para solucionar la situación de la activista saharaui Aminatu Haidar. Zapatero aseguró que «todo el Gobierno» está haciendo gestiones. «A veces, como es normal, surgen dificultades, pero debe prevalecer lo que es un interés general» para el país, subrayó.

Entre las gestiones que están desarrollando las autoridades españolas figuran contactos con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Argelia, país donde se asientan los campamentos de refugiados y que defiende a ultranza la independencia del Sahara.

Antes de participar en los actos del Día de la Constitución, el líder del PP, Mariano Rajoy, dijo que tiene la sensación de que el Gobierno «ha arrojado la toalla» y eso «no se puede hacer de ninguna manera».

Por su parte, el diputado de IU, Gaspar Llamazares, pidió la implicación de don Juan Carlos para que haga gestiones «al máximo nivel» con el monarca alauita, Mohamed VI, a fin de que Haidar pueda retornar a El Aaiún.

Entre tanto, la activista pidió a la comunidad internacional protección para sus hijos y su familia en El Aaiún ante la «agresión permanente» que están sufriendo por parte de la Policía marroquí.

En un comunicado, la Plataforma de Apoyo Aminatu Haidar denunció que su casa está «permanentemente vigilada por las fuerzas policiales», lo que ha generado «un ambiente de tensión y de verdadera tortura psicológica» sobre la familia de Haidar, sobre todo «con graves consecuencias» para sus hijos Hayad, de 15 años, y Mohamed, de 13 años, al ser menores de edad.

Refieren también que a tres periodistas españoles se les ha prohibido tener contacto con la familia de Haidar con el argumento de que los hijos «no tienen autorización para hablar con extranjeros, y menos si son periodistas».

Por su parte, la familia de Haidar llamó desde El Aaiún a las autoridades españolas para que hagan un esfuerzo que permita su vuelta a esta ciudad, perdida ya la confianza en que Marruecos modifique su postura y la deje regresar.

Según la vicepresidenta de la Asociación Saharaui de Víctimas de Graves Violaciones de los Derechos Humanos (ASVDH), Djimi Elgalia, la familia «está viviendo esta tragedia de manera muy fuerte».