La defensa del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la causa abierta contra él en el Tribunal Supremo por presunta prevaricación al investigar la causa del franquismo, que ejerce el letrado Gonzalo Martínez-Fresneda, presentó este viernes un escrito solicitando la nulidad de las actuaciones por considerar que la decisión del instructor de la causa, Luciano Varela, de pedir a las acusaciones populares que enmendaran sus escritos le perjudica al suponer una "oportunidad atípica y extraprocesal".

El escrito remitido a la Sala de lo Penal del Supremo solicita, en concreto, la nulidad del auto del pasado miércoles en el que el instructor daba un día de plazo a Manos Limpias y a Falange Española y de las JONS para que eliminaran determinadas referencias de sus escritos de acusación que se excedían del objeto del procesamiento.

Pide además la nulidad de los citados escritos (en los que se piden para el juez 20 años de inhabilitación), así como la de las correcciones realizadas. La presentación de esta petición se ha realizado antes de conocerse que Varela expulsaba a Falange de la causa precisamente por no cumplir sus requerimientos de corrección en el plazo señalado.

El escrito de la defensa busca la nulidad de todo el procedimiento puesto que, si los escritos se consideran nulos, y al no acusar la Fiscalía, sería imposible dictar auto de apertura de juicio oral contra el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.

Garzón insiste a través de su defensa en que no se trata de que los escritos adolecieran de falta de algún presupuesto formal. "Muy al contrario, el excelentísimo instructor advierte vicios en el contenido material de ambos escritos de acusación, en sus razonamientos de cargo, en el discurso material de fondo por el cual las partes personadas modelan, articulan y formalizan nada menos que una acusación contra el reo".

Por ello, considera que "dar oportunidades atípicas y extraprocesales a una de las partes no es algo neutral o que no afecte al resto de los intervinientes", sino que, bien al contrario les perjudica.

"Y si el perjuicio consiste en facilitar la incorporación a los autos de unos escritos de acusación que sustituyan a unos iniciales que el propio juez considera presentados con defectos materiales de argumentación, entonces la conducta sobrepasa los límites en los que se ha de mover un proceso justo con todas las garantías", agrega Martínez-Freneda.

En el caso de Manos Limpias, en el que las correcciones solicitadas han afectado a dos tercios del escrito inicial, según esta parte, la "labor de expurgación por la cual se le indica a unas acusaciones lo que tienen que decir o no decir en un escrito de acusación (...) es insólita en la labor de un juez instructor, y ha de tenerse por radicalmente nula".

También critica la defensa de Garzón que Varela justificara su decisión de pedir correcciones aludiando al "caso Filesa", en el que se excluyó del juicio a una de las acusaciones populares por haber formulado un escrito de acusación defectuoso.

"Pero ciertamente en aquella ocasión no se trató de rectificar a la parte responsable del escrito inane, ni se le concedió un plazo extraordinario para que presentase otro, o subsanara contra el reo el defecto, o redactara el escrito de forma más hábil o sentata. Eso es lo que no se puede hacer", sentencia la defensa de Garzón.

Recuerda esta parte que el juez de instrucción "no debe tener ni manifestar ningún interés particular en el contenido concreto o argumental de los escritos presentados, ni favorecer en modo alguno su eficacia o valor procesal, sino que debe limitarse a velar por el respeto de las normas procesales". Y si no lo hace, "su actuación es nula de pleno derecho", insiste.

La defensa de Garzón concluye que la intervención de Varela en la redacción de los escritos de acusación "cambia el escenario procesal en perjuicio del reo de forma grave e injustificada", y que el debido contrapeso de ambos derechos "debe resolverse a favor del derecho a la defensa y por la nulidad de esta iniciativa".