Madrid / Oviedo

Tormenta política en torno al último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La encuesta, hecha pública ayer, revela que el PSOE recupera respaldo y, tras recortarle un 2,3% al PP, consigue quedarse a 1,5 puntos de los populares. Estos, pese a perder medio punto, seguirían siendo el partido más votado, con un 39,5 por ciento de apoyo estimado frente a un 38 por ciento para los socialistas. El anterior barómetro daba un 40% de votos al PP por un 36,2% al PSOE, esto es, una diferencia de un 3,8%.

El sondeo se ha elaborado a partir de 2.479 encuestas realizadas entre el 6 y el 14 de abril, coincidiendo con el levantamiento del sumario del «caso Gürtel».

Los resultados de la encuesta han sido acogidos con un fuerte malestar por el PP, cuyo responsable de Comunicación, Esteban González Pons, anunció que los populares pedirán explicaciones públicas al presidente Zapatero por el «uso partidista» que a su juicio se le confiere al CIS.

Para González Pons, el barómetro del CIS, despojado de su «sesgo filosocialista», daría una ventaja a su partido de entre cinco y seis puntos por delante del PSOE. Pons ironizó que el CIS «parece que sólo ha encuestado a votantes socialistas».

El dirigente popular se quejó de que el barómetro «parece que sólo ha encuestado a votantes socialistas», ya que si la atención se deposita en el recuerdo de voto de los entrevistados, «resultaría que el PSOE ha ganado las últimas elecciones generales con cinco millones de votos más de los que obtuvo» en 2008.

En su opinión, y tras los precedentes de las elecciones gallegas y europeas de 2009, en las que los sondeos del CIS erraron en sus previsiones, resultaría pertinente «cambiar las normas por las que se rige» la entidad. Pons añadió que «hay límites que no se pueden sobrepasar» y que el Gobierno de Zapatero, pese a todo, ha franqueado «de largo».

Por ello, acusó al jefe del Ejecutivo de ser capaz de «quemar» al CIS con tal de «aguantar una semana más en el poder. El Gobierno, que ha perdido mucha credibilidad por el manejo que hace de la estadística, ha conseguido devaluar y desprestigiar a un institución hasta hace pocas fechas tan cargado de razones profesionales como el CIS», apostilló.

En respuesta, el CIS aseguró que los trabajos de campo de sus barómetros se hacen siempre en la primera quincena del mes y sólo excepcionalmente se retrasan.

La tendencia a la baja no sólo afecta al PP sino que se extiende al resto de partidos, con la única excepción del PNV, que repunta tres décimas. IU se mantiene como tercera fuerza con una estimación de voto del 5,8 % (tres décimas menos que en enero), seguida de CiU, que pasa del 3,7% al 3,6%, y de UPyD, que baja 1,1 puntos hasta colocarse en el 3,3 por ciento. Después figura el PNV (1,3 por ciento), ERC (1 por ciento), BNG (0,7), Coalición Canaria (0,6) y Na Bai (0,2 por ciento).

Estos descensos se producen en un contexto en el que los ciudadanos «castigan» a los líderes políticos de forma generalizada. No aprueba ninguno y empeoran su calificación respecto a enero. El varapalo provoca que el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se haya convertido por vez primera en el político más valorado, con un 3,74 de nota, una centésima más que la obtenida hace tres meses.

Detrás de él empatan a 3,71 puntos el presidente Zapatero y la diputada de UPyD Rosa Díez, que pierde el primer puesto. La valoración del jefe del Ejecutivo, tradicionalmente alta, ha sufrido un desplome. Más tradicional es la valoración del líder de la oposición, Mariano Rajoy, que, con 3,09, queda en quinto lugar.

Esta calificación es superada por todos los ministros del Gobierno, salvo la de Cultura, Ángeles González-Sinde, la peor valorada con 2,89 puntos. Con todo, ninguno de los ministros consigue aprobar. El más considerado es el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba (4,67), seguido por la responsable de Defensa, Carme Chacón (4,46), y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega (4,22).

Por otra parte, el paro sigue siendo el principal problema de los españoles, pero aumenta la preocupación por la clase política, que repite en tercer lugar aunque subiendo más de tres puntos, y por la corrupción, que sube hasta el sexto puesto, desplazando a la inseguridad ciudadana y la vivienda.

Si el desempleo se encontraba en el 82,9 por ciento de las respuestas en marzo, ese porcentaje descendió 3,2 puntos en abril, hasta situarse en el 79,7 por ciento, bajando del 80 por ciento por primera vez en el presente año. La segunda preocupación seguían siendo los problemas de índole económica general, presentes en el 46,8 por ciento de las respuestas, un porcentaje que supera en 1,5 puntos el registrado el mes anterior pero por debajo de los datos de enero y febrero.

En tercer lugar, aunque con una importante distancia en relación con las dos principales preocupaciones de los españoles, repite la clase política, pero ahora es citada por el 19,4 por ciento de los encuestados, 3,6 puntos por encima del dato de marzo y marcando la cota más alta del último año.