Madrid

Ana Rodríguez, esposa del presidente del Congreso, José Bono, defiende que a la familia «nadie» le ha regalado nada y el patrimonio que tienen el matrimonio y sus cuatro hijos lo han ganado gracias a su trabajo. «Sí, gano dinero. ¿He de pedir perdón por eso?», enfatizó.

En su primera entrevista tras la polémica sobre el incremento patrimonial de la familia desde que Bono se dedica a la política, la esposa del presidente de la Cámara baja negó cualquier enriquecimiento ilícito por parte de su marido. «Están continuamente mintiendo. Es pura pornografía, casi una obscenidad. Hemos sido muy trabajadores. Nadie nos ha regalado nada», afirma la esposa de Bono a «Tiempo».

Ese incremento del patrimonio familiar, según Ana Rodríguez, se debe en parte a la buena marcha de las seis tiendas de la joyería Tous que administra junto a su hija Amelia, en Albacete, Toledo, Madrid y Talavera de la Reina, y que dan empleo a 30 personas. «Sí, gano dinero. Me siento orgullosa de dar trabajo a 30 personas todos los días. ¿He de pedir perdón por eso?», recalca.

La mujer de Bono, que defiende su faceta de empresaria, justifica igualmente los supuestos regalos recibidos por parte de la empresa Reyal Urbis en cuanto a la decoración de dos de sus casas. Destaca que Mar Moliner -esposa del constructor Rafael Santamaría, dueño de Reyal Urbis- es madrina de su hija Sofía, la pequeña de la familia, motivo por el cual ésta le regalo la decoración de su habitación en la celebración de su bautizo. «¿Es lícito que en tu bautizo tengas una atención con tu ahijada?», se pregunta Ana Rodríguez. En cuanto a la decoración de la casa de Salobre, se limita a explicar que «los muebles se devolvieron» a sus «amigos de Reyal Urbis» porque no les gustaron. «No entiendo tanta mentira», concluye.

Por otra parte, el diputado madrileño imputado en el «caso Gürtel» Alberto López Viejo poseía un chalé valorado en 1,71 millones, la mitad de dos viviendas en Calpe, dos plazas de garaje, una moto y una sociedad dedicada a la hostelería cuando salió del Gobierno regional a principios de 2009. En 2004, cuando accedió a la viceconsejería de Presidencia, tenía una casa -que vendió por 1,57 millones-, la mitad de las viviendas de Calpe, las dos plazas de garaje, un todoterreno, una barca y participaciones en varias sociedades.