Oviedo, M. P.

La cárcel asturiana de Villabona, junto con Nanclares (Álava) y Zuera (Zaragoza), es uno de los tres penales en los que el Ministerio del Interior ha ido reuniendo a una parte de los presos que han ido abandonando la disciplina de la banda terrorista ETA. Josu García Corporales, uno de los ocho presos alejados de la organización que plantearon ayer en una carta la necesidad de reparar a las víctimas, está interno en la cárcel de Villabona desde el año pasado.

Corporales, alias «Gitanillo» y «Legionario», fue muy conocido en los años noventa, época en la que se le atribuyó el atentado contra Irene Villa, aunque no fue condenado por él. Curiosamente, un familiar del etarra fue asesinado por ETA en Bermeo (Vizcaya) en 1989, poco antes de que participase en los atentados que se le atribuyen. Sobre él pesa una condena de 64 años por el intento de asesinato de tres guardias civiles.