Madrid / Bilbao, Agencias

Mikel Carrera, el jefe militar de ETA detenido en Bayona el pasado jueves, participó en el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton (Francia) en diciembre de 2007. Así lo han confirmado las pruebas de ADN que se le hicieron tras su arresto, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que, tras la identificación de Mikel Carrera como uno de los terroristas que participaron en el doble asesinato de Capbreton, todos los que intervinieron en el atentado «están ya en la cárcel».

«La Policía francesa nos acaba de confirmar que una muestra genética recogida durante la investigación de los asesinatos de Capbreton coincide con el ADN de Carrera y, por tanto, podemos decir que estuvo en Capbreton. Ahora queda por saber exactamente qué papel tuvo cada cual en ese horrible asesinato», añadió el titular de Interior.

Los dos guardias civiles, Fernando Trapero y Raúl Centeno, fueron asesinado a tiros en una cafetería de Capbreton por un comando formado por dos hombres y una mujer.

Una semana después del atentado fueron detenidos en Francia los etarras Asier Bengoa López de Armentia y Saioa Sánchez Iturregi, a los que se relacionó con el doble asesinato.

Sin embargo, casi un año después, a finales de 2008, Rubalcaba informó de que un etarra detenido por esas fechas había declarado a la Policía que el entonces máximo dirigente de la banda, Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», arrestado en Francia el 16 de noviembre de ese año, le había confesado que fue él quien asesinó a los guardias civiles.

Según dijo entonces el Ministro, dos de los cuatro miembros del «comando Nafarroa», tras ser detenidos, declararon a la Policía que mantuvieron un encuentro con Txeroki y que en esa reunión éste les contó cómo sucedió el atentado.

Los dos etarras declararon que habían oído a Txeroki decir que había participado directamente en el atentado, pero uno de ellos fue más allá y aseguró que el dirigente de ETA reconoció ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de los dos agentes. Sin embargo, la justicia francesa nunca halló pruebas para sostener esta hipótesis.

Entre tanto, la fiscalía antiterrorista de París pidió ayer la imputación de Carrera y sus colaboradores por asociación de malhechores con fines terroristas, entre otros delitos.

La fiscalía solicitará el ingreso en prisión de Carrera; su lugarteniente, Arkaitz Aguirregabiria, la etarra Maite Aranalde y el francés Benoit Aramendi, detenido en la operación como supuesto colaborador. La mujer que fue arrestada junto a este último, Laetitia Chevalier, también de nacionalidad francesa, quedó el domingo en libertad sin cargos.

Por otro lado, el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, no descartó que el presidente del Gobierno quiera compensar «las deficiencias» de su gestión con el logro del fin de ETA. El diputado insistió en que, para Zapatero, «sería un gran logro esta legislatura conseguir el fin de la violencia». «Con esto cubriría otras lagunas de su gestión, que han sido muchas y muy graves», añadió.