Oviedo, F. G.

El Senado vivió ayer el Pleno más tenso en mucho tiempo. El PP aprovechó la primera sesión de control, tras la aprobación por decreto del mayor recorte social de la democracia, para exigir por vez primera en sede parlamentaria al presidente del Gobierno la convocatoria inmediata de elecciones. Durante casi tres minutos la bronca desplazó al debate: los populares gritaban «¡Zapatero, dimisión!», «¡Zapatero, dimisión!» a la vez que golpeaban sus escaños y los socialistas, puestos en pie, aplaudían sin cesar a su jefe de filas.

Ante la justificación que de los recortes sociales hizo Zapatero para reducir el déficit, el portavoz del PP, Pío García Escudero, preguntó: «¿Dónde está el gran protector de los derechos sociales, el gran benefactor de los pensionistas? ¿Quién es este Zapatero que, con la furia del converso, aplica una terapia de caballo, sin anestesia, a los más débiles?».

«Aquí tiene que haber un impostor» que «con cara de funeral pide sacrificios, pero no disculpas», prosiguió el portavoz del PP. «No le reconozco, ha quedado usted reducido a un tragasables. Es incapaz de afrontar una situación catastrófica. Ha tenido que desdecirse de su demagógico discurso de los últimos seis años y ahora su imagen es la de un boxeador grogui que da puñetazos al aire», le espetó García Escudero, entre los abucheos de la bancada socialista.

«No está en condiciones de liderar nada. Esta legislatura está agotada, como usted y su Gobierno, y si le queda un ápice de dignidad política, convoque elecciones», dijo el portavoz de los populares a Zapatero, que ayer fue tachado de «miserable» por Rita Barberá, alcaldesa de Valencia.

Visiblemente molesto, el jefe del Gobierno respondió a García Escudero: «A usted, en cambio, yo sí que lo reconozco, pertenece al único partido de Europa que no apoya las medidas contra la crisis, que nunca dice sí a nada» y que su consigna es «no, nunca , jamás».

«Si quedaba alguna duda, usted lo ha dejado muy claro: no le preocupan la crisis económica ni el futuro de España, sólo le preocupan las elecciones», dijo Zapatero, quien, entre el griterío de los populares, les espetó airado: «Perdieron las de 2004, las de 2008 y perderán las siguientes elecciones». Ahí estalló la bronca: los socialistas se pusieron en pie para arropar al Presidente con sus aplausos (de los ministros no lo hicieron Ángel Gabilondo ni Celestino Corbacho. Mientras, los populares golpeaban sus escaños gritando «¡Zapatero, dimisión!». Tras llamar en vano al orden, el presidente del Senado, Javier Rojo, tachó de «lamentable» el espectáculo.

Por otra parte, el Pleno del Congreso, con la excepción del PSOE, instó ayer, en una moción del PP, a que el Gobierno se comprometa al mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, después de que el decreto contra el déficit recoja la congelación de las pensiones contributivas para 2011, informa «Efe».

El PP subrayó que la congelación es un desafío a la pervivencia del Pacto de Toledo, además de una injusticia y una arbitrariedad para millones de pensionistas. CiU indicó que el sistema de pensiones no es el culpable de la crisis ni del déficit y pidió a Zapatero que no vuelva a dar más lecciones sobre política social. El PNV criticó el cambio de postura del Presidente y, desde IU, Gaspar Llamazares respaldó la iniciativa del PP, «sin que sirva de precedente», ante una medida del Gobierno injusta que hace pagar la crisis a los más débiles. Al sumar su 21.ª derrota de esta legislatura, la octava este año, el PSOE dijo que el Pacto de Toledo no es un catecismo.