Madrid / Oviedo, Agencias

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero decidió aplazar sin fecha la reunión que iba a celebrar en la Moncloa con el líder del PS de Madrid, Tomás Gómez, para exigirle que renuncie a la candidatura autonómica en beneficio de la ministra Trinidad Jiménez, a quien las encuestas internas le atribuyen más opciones para enfrentarse a Esperanza Aguirre.

El malestar con Gómez es grande en la ejecutiva del PSOE. Ferraz acusa al entorno del líder madrileño de haber filtrado la cita de ayer, en la que el secretario regional iba a mantenerse firme ante Zapatero y a comunicarle su determinación de ir a una elecciones primarias.

El Presidente tenía previsto recibir al mediodía a Gómez, pero desistió al ser informado de que decenas de periodistas se habían congregado ante el palacio de la Moncloa, donde poco después se anunció la desconvocatoria.

Fuentes del entorno del jefe del Gobierno dijeron a «Efe» que el encuentro no se ha suspendido, sino que se ha aplazado y que tendrá lugar «con la máxima discreción», sin desvelar la fecha. A la hora en la que se debía celebrar la reunión, Tomás Gómez salió a tomar café a un restaurante de la Gran Vía cercano a la sede del PSM junto a la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez, y el alcalde de Alcorcón y vocal de la ejecutiva, Enrique Cascallana, entre otros colaboradores.

Gómez se limitó a decir que no era «el momento» de hacer declaraciones, antes de regresar a la sede socialista, de la que volvió a salir para comer y en la que siguió trabajando con normalidad, según informaron fuentes socialistas a la citada agencia. Gómez es «nuestro candidato», dijo Maru Menéndez.

Antes del aplazamiento, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, había pedido una reflexión «discreta», «prudente» y «sosegada» en el seno de su partido sobre los candidatos, «dialogando, mirando todas las posibilidades y respetando profundamente al PSM».

Álvaro Cuesta afirmó, por su parte, que «las primarias no son una guerra civil», y añadió que quien las considere «un mal» «está denostando el sistema de solución democrática de las controversias políticas». En este sentido, recordó la fortaleza que le dio a Zapatero ser elegido mediante unas primarias.

Por otra parte, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, pidió al PP que no entre en descalificaciones personales contra los adversarios políticos, para recordar que Trinidad Jiménez hizo una campaña mientras estuvo en el Consistorio «que se basó en las propuestas de su partido». El toque de atención era para el consejero de Presidencia, Francisco Granados, quien dijo que del paso de Jiménez por la política madrileña lo único que recordaba era «su chupa de cuero».