El presidente José Luis Rodríguez Zapatero garantizó ayer el diálogo con los sindicatos tras la huelga general de pasado mañana, miércoles, y los emplazó en concreto a pactar la reforma de las pensiones, apelando a su responsabilidad, para que planteen propuestas.

«Mantendremos el compromiso del diálogo social más allá de la huelga general. Hay muchos cambios, reformas y mejoras en el ámbito laboral, social y en el sistema de pensiones que aconsejan la máxima capacidad de concertación. Volcaré todos mis esfuerzos para tener ese diálogo con los sindicatos y con la patronal», afirmó Zapatero, que, sin embargo, se niega a reunirse con el líder de IU por motivos de agenda.

El Presidente afirmó que a España le conviene una reforma de las pensiones. «Podemos hacerla ahora o esperar a que dentro de diez años tengamos problemas». Ahora se realizará de una manera «tranquila» y «con consenso», con la garantía de que de aquí a treinta años seguirá habiendo pensiones, dijo Zapatero, quien añadió: «Va a haber muchas más personas que van a ingresar en el sistema y van a vivir muchos más años con una pensión mucho mejor», de lo que ha deducido que «como los números son los que son, tenemos que hacerla».

En su defensa de la reforma laboral, Zapatero apeló a la responsabilidad para salir de la crisis y para crear expectativas de empleo y pidió que se planteen propuestas. «Eso es lo que el Gobierno quiere compartir, y está dispuesto a hacer el máximo esfuerzo de diálogo», dijo. (En cambio, el ministro José Blanco había asegurado en una entrevista que no habrá marcha atrás en las reformas).

Zapatero expresó su respeto a la decisión de los sindicatos de convocar la huelga general y les aseguró que nunca saldrá del PSOE alguien que pretenda restringir sus derechos, en alusión al intento de Esperanza Aguirre de reducir el número de liberados. «Tienen derecho a la huelga, pero el Gobierno debe intentar cambiar las cosas para generar más empleo», subrayó.

El jefe del Gobierno reprochó a Mariano Rajoy que pretenda llegar a las elecciones generales «sin mojarse en nada» y emplazó a que dé su opinión sobre la reforma de las pensiones y la subida del IRPF a las rentas más altas. Para Zapatero, los dirigentes del PP hablan sin oír y sin leer, no les interesa «la verdad de los números» y su única obsesión es dañar políticamente al Gobierno e intentarlo «sin pudor».

En Ávila, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, pidió a los votantes del PSOE «de buena fe» que, en las elecciones 2011, lancen un mensaje «muy claro» a Zapatero, para que «abandone el puesto que tiene» porque es «lo mejor para España» y esa actitud representaba «progreso».

La número dos de los populares defendió que hoy en España «el progreso» y «el progresismo» lo representa el PP, mientras que Zapatero «representa el progreso en la creación de parados». «El primero que tiene que sacrificarse es el señor Zapatero, yéndose y dejándonos recuperar económicamente», añadió.