El rey Mohamed VI nombró ayer al ex dirigente del Polisario Ahmedu Uld Suilem nuevo embajador marroquí en España, cargo que está vacante desde enero. El monarca relevó además al «wali» (gobernador civil) de El Aaiún, Mohamed Jelmous, por el también saharaui Jalil Djil, veinte días después del desmantelamiento del campamento de protesta.

El nuevo embajador fue uno de los fundadores en 1973 del frente independentista saharaui. Uld Suilem nació en 1951 en la antigua Villa Cisneros, cuando España administraba la colonia hasta 1975. «Cheij» de la tribu guerrera de los Uled Delim, en 1988 fue uno de los protagonistas de la rebelión en los campos de Tinduf contra la dirección del Polisario. Mohamed VI le recibió en 2009 tras abrazar Uld Suilem el plan de autonomía para un Sahara marroquí. Rabat mantuvo vacante el cargo de embajador desde que en enero Omar Azziman abandonó Madrid para dirigir la descentralización de Marruecos. Desde hace meses se sabía que el rey había elegido a Suilem para este cometido y España ya le había concedió plácet en abril. Tras las escalada de tensión de Rabat en torno a Ceuta y Melilla, el presidente Zapatero anunciaba en septiembre a la salida de una entrevista con el monarca que la incorporación de Suilem se produciría en breve plazo.

Mohamed VI nombró ayer al saharaui Jalil Djil gobernador de El Aaiún, en lugar de Mohamed Jelmous, al que la prensa acusó de haber sido incapaz de impedir la instalación del campamento cuyo violento desalojo provocó los gravísimos disturbios en El Sahara. Djil, de 65 años, fue embajador marroquí en Cuba y Belgrado, y gobernador de las provincias de Esmara, Chefchauen y Buleman. Hombre de consenso, tiene el respeto de las tribus saharauis.

Por otra parte, la fiscalía de la Audiencia ve delito de lesa humanidad en el desmantelamiento del campamento saharaui. Ayer pidió al juez que pregunte a Rabat si ha abierto una investigación sobre la muerte del español Hamday Buyema, para, a continuación, declararse competente en la causa.