La asamblea general del movimiento 15-M en Madrid ha aprobado levantar la acampada de la Puerta del Sol el próximo domingo, una jornada en la que está previsto que se celebre un gran acto reivindicativo en la céntrica plaza madrileña.

Al grito de «¡No nos representan!», cientos de «indignados» se dirigieron ayer por la carrera de San Jerónimo hacia el Congreso de los Diputados. El avance de la protesta convocada a través de la redes sociales fue contenido por una barrera de policías con decenas de furgones desplegados a modo de perímetro de seguridad a 20 metros del Parlamento.

La marcha de los «indignados» desembocó en una protesta contra la reforma de la negociación colectiva frente al Congreso. El número de participantes fue aumentando tras una pancarta con el lema «Pienso, luego resisto», mientras la gente gritaba «¡O pasamos o acampamos!», «¡Reforma laboral para los políticos!» y «¡Rubalcaba, da la cara!».

La de ayer fue la concentración más numerosa de los participantes en el movimiento del 15-M ante la sede parlamentaria, donde a esa hora ya había terminado el Pleno, y obligó a cortar el tráfico en la zona. A las diez de la noche cientos de manifestantes permanecían sentados en la calzada de la carrera de San Jerónimo.

Por su parte, la Confederación de Comercio Especializado de Madrid no cree que los acampados de la Puerta del Sol vayan a irse el próximo domingo, ya que algunos ya han dicho que no lo harán, y hoy entregarán en el Ministerio del Interior una carta anunciando la interposición de reclamaciones por las pérdidas que sufren, que cifran en un 70 por ciento. En Barcelona, el consejero catalán de Interior, Felip Puig, culpó a los «indignados» de los incidentes del 27 de mayo, a la vez que reconoció que ese día hubo fricciones entre los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana. Fuera de la asamblea autonómica una sonora protesta exigía su dimisión.