Oviedo

Este verano, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba regrese a su apartamento en la localidad llanisca de Bricia, a pasar las vacaciones junto a su esposa, Pilar Goya, y en compañía de las dos parejas que les suelen acompañar, regresará como secretario general de los socialistas españoles y además cumplirá 25 años de fidelidad absoluta a los veraneos en Llanes. Es sabido por sus vecinos que veranea siempre en la misma casa y siempre con la misma compañía. Todos ellos son químicos y socialistas. Se conocieron en sus años universitarios. Son los de la quinta del 51. De ese grupo forma parte, por ejemplo, Jaime Lissavetzky, ex candidato socialista a la Alcaldía de Madrid e hijo de llanisca de Rales.

Desde muy joven quedó atrapado por las arenas blancas de la playa de Celorio, a donde acude en busca de descanso y desconexión. Le gusta mucho la playa. Playa, playa y más playa. De hecho, y en verano, ese hombre de sobrias chaquetas azules y pantalón gris, últimamente extremadamente delgado, se deja ver a diario en Toranda en chanclas, camiseta y traje de baño, haga sol o no, una circunstancia climática que al político cántabro le es completamente indiferente teniendo en cuenta los años que lleva veraneando en Llanes y en Asturias. Si todo Llanes le gusta, las playas de Toranda y Torimbia se llevan la palma pero, sobre todo, la primera es su favorita. Rubalcaba, serio y de gesto adusto cuando deja el escaño, se revela como una persona sencilla, campechana, bromista, irónica y nada engolada.

La primera vez que estuvo en Asturias fue porque el atletismo, otra de sus pasiones, le trajo a Oviedo con sólo 17 años, en la concentración de preseleccionados para los Juegos Olímpicos de México. Siempre reconoció que aquella estancia le haría elegir, años más tarde, Llanes como destino estival. Y, junto al atletismo y el fútbol -es socio y forofo confeso del Real Madrid, otra de sus pasiones- es el mus otra de sus pasiones veraniegas, un juego en el que es un consumado maestro. Concretamente con quien más juega la honrilla todos los veranos es con el también Antonio Trevín, ex presidente asturiano y diputado socialista, a quien le une una vieja amistad y con quien ha compartido numerosas tardes de ocio por distintas zonas de Llanes. Pese a su vinculación personal con Rubalcaba, Trevín no ha entrado en la nueva ejecutiva federal socialista, donde están presentes, en representación de los socialistas asturianos, Javier Fernández, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, y Hugo Morán, ex alcalde de Lena, que continuará al frente de la secretaría de ordenación del territorio y sostenibilidad.

El nombramiento de Fernández constituye un respaldo personal de Rubalcaba en la antesala de los comicios autonómicos que tendrán lugar en Asturias el próximo 25 de marzo y en los que Fernández podría repetir como candidato tras ponerse «a disposición del partido».

Mientras todo eso llega, en Llanes, quienes comparten amistad, playa y mus con el nuevo secretario general del PSOE esperan verle de nuevo llegar el próximo verano, disfrutando de algunos lugares entrañables para él, como el mirador de Los Carriles por ejemplo, o comiendo alguna de las especialidades del restaurante Chiqui, ubicado en Celorio, donde trabaja su ahijado llanisco, Raúl Mallada Prieto, nieto de Claudio Prieto, el hombre de cuyo apodo toma el local su nombre.

Como cada año, y si sigue siendo fiel a sus hábitos, seguramente Alfredo Pérez Rubalcaba retornará a descansar y pasear por su peculiar paraíso -la playa de Toranda-, y mientras atiende los asuntos en su teléfono durante la mañana. Eso sí, a partir de las doce o la una del mediodía, tal y como dicta la costumbre «rubalcabiana», lo apagará para retomar lo que realmente quiere hacer en Llanes: descansar.