Sevilla, Pablo GALLEGO,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

Terminado el congreso que ha convertido a Alfredo Pérez Rubalcaba en el nuevo secretario general del PSOE, las elecciones que el próximo 25 de marzo se celebran en Asturias y en Andalucía son ya el objetivo «número uno» para el Partido Socialista. Será la primera oportunidad para poner en práctica la receta de «trabajo, trabajo y trabajo» que Rubalcaba expidió a sus militantes nada más resultar elegido como capitán de la nave socialdemócrata española. De momento, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Javier Fernández, está convencido de que el triunfo de Rubalcaba dará al PSOE «fuerza» para afrontar «el futuro que tenemos por delante». De forma inmediata, los comicios del 25-M, primera prueba de fuego del «cambio de óptica» que Rubalcaba quiere darle al partido para recuperar los votos perdidos.

Quienes conocen bien a Javier Fernández dicen que no le gusta apuntarse tantos que no son suyos. Por eso sus compañeros creen que cuando Fernández afirmó el sábado que los socialistas asturianos habían «ganado el congreso», lo que quiso decir es que, con la victoria de Rubalcaba, el socialismo asturiano había salido ganando. Con el ex vicepresidente al frente del partido, la jefatura en Asturias y la nueva dirección del PSOE en Madrid estarán en la misma sintonía, hablarán el mismo idioma. Algo esencial para sacar adelante la campaña electoral en Asturias y soñar con recuperar el Gobierno. Algo vital para un PSOE en horas bajas, pero «sobre todo clave para los asturianos», apuntó Fernández. «Ahora el PSOE afronta las elecciones en Asturias con energía e ilusión», sentenció.

Lo que ya no se sabrá es qué habría pasado en la FSA si los 22 votos que separaron a Rubalcaba de su rival por la secretaría general, Carme Chacón, hubiesen caído del lado de la ex ministra de Defensa. Hay quien dice que ante esa situación, con un estilo de liderazgo y una visión del partido que, en privado, Javier Fernández afirma no compartir, el líder de la FSA se habría hecho a un lado. Más allá de conjeturas, el 38.º congreso del PSOE ha ido por el camino que los socialistas asturianos esperaban. Deseo y realidad van ya unidos, y el camino para que hoy Fernández sea propuesto como candidato a las elecciones ha quedado despejado.

Con el anuncio de la nueva ejecutiva federal del PSOE, tras una larguísima noche de negociación que terminó de madrugada, el PSOE cerró ayer un fin de semana de infarto. El sábado por la tarde, uno de los delegados incluso preguntó, medio en broma, al personal del hotel en el que se celebró el cónclave si en el edificio había desfibriladores. El equipo que desde hoy decidirá el destino del PSOE salió elegido ayer con 723 votos a favor, el 80,42 por ciento del total. Casi treinta puntos más que el 51,16 por ciento que apoyó a Rubalcaba como secretario general frente a Chacón. «Es un mensaje clarísimo de unidad y voluntad de integración, el mejor indicador para tener un partido fuerte, que haga la oposición que realmente necesita este país», afirmó Javier Fernández.

Terminada la guerra y antes de que empiecen las batallas de los congresos regionales, en su primer discurso como secretario general, Rubalcaba pidió a los suyos que a partir de ahora piensen más en cómo hacer para que los españoles «les vuelvan a votar», y menos en «por qué no nos han votado». En la dura travesía del desierto que le espera en la oposición, el PSOE actuará «con grandeza y altura de miras, con responsabilidad y sentido de país», aseguró, aunque no perdió la oportunidad de criticar las primeras decisiones tomadas por el Gobierno del PP, de Mariano Rajoy, su verdugo en la contienda electoral del 20-N. En clave interna, Rubalcaba anunció una inminente conferencia de organización, y el compromiso del partido de celebrar, a partir de ahora, primarias «a la francesa» para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno.

Superado ya el fin de semana que devolvió al PSOE al centro de la atención mediática, las federaciones comienzan a echar cuentas de lo que han ganado o perdido en el congreso de Sevilla. A la vista del resultado y de los intereses en juego, una de las que más satisfecha puede sentirse con el recuento es la FSA de Javier Fernández, una de las que más fuerte habían apostado.