Oviedo, E. L.

Una de las ventajas económicas que los españoles pueden sacar de un ministro con aficiones artísticas es que, a la hora de encargar un retrato suyo, optan por el autorretrato y todo se resuelve «a coste cero».

Eso fue lo que pasó con la popular Pilar del Castillo, ministra de Cultura y Educación, y con Juan Fernando López Aguilar, ministro de Justicia con el PSOE, cuya afición por las caricaturas le ha llevado no sólo a retratarse a sí mismo sino también a algunos de sus compañeros políticos. Del Castillo y Aguilar salieron muy baratos. No así otros, que van ya por su segundo posado. Es el caso de Cascos, pero también el de José Bono. Hernán Cortés, cuya tarifa es de 80.000 euros, ya firmó el retrato de Bono como ministro de Defensa. Ahora, el Congreso de los Diputados pagará 82.600 por un nuevo retrato, encargado a Bernardo Torrens. Aun, así con los dos de Bono no da para el último de Cascos.