El presidente Mariano Rajoy descartó ayer que España pueda ser intervenida, ahora o en el futuro, y exigió al tecnócrata Mario Monti, que ocupa la Jefatura del Gobierno italiano sin pasar por las urnas, y al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que asuman sus propias responsabilidades en vez de culpar a los demás. Mientras, la Comisión Europea envía hoy a Madrid a una misión de expertos para supervisar la reformas y comprobar el progreso en la corrección de desequilibrios macroeconómicos.

Rajoy subrayó que ni él ni su Gobierno hablan de otros países ni van «contra nadie» en el seno de la UE y, como todos tienen problemas y los tienen que solucionar, espera que «los demás hagan lo mismo, asuman sus responsabilidades y sean prudentes». El presidente respondió así por primera vez a Sarkozy y a Monti, que siguen cargando contra España para desviar la atención de los mercados sobre sus países. «No hay que hacer caso al ruido ni distraerse con cosas menores» o de «poca importancia que duran 24 horas», recomendó a los diputados del PP.

También el ex jefe del Ejecutivo Felipe González defendió que no habrá intervención de España, porque los siguientes países serían «Italia y Francia, por mucho que presuma Sarkozy». El ex presidente socialista apeló a un «gran acuerdo nacional» frente a la crisis, pero se reafirmó en que si nuestro país cae, «se acaba el euro y hay que rescatar a toda Europa».

Varios líderes europeos y el Gobierno francés salieron ayer en defensa de España y rechazaron que vaya a ser rescatada, lo que ayudó a relajar el acoso de los mercados, después de que el italiano Monti volviera por segunda vez a echar la culpa a Rajoy por la escalada de la prima de riesgo, siguiendo el ataque de hace una semana contra nuestro país por el gobernador del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi.

«Hemos tomado el camino de las grandes naciones ante grandes encrucijadas, un camino largo de reformas históricas», dijo Rajoy en una semana de presión de los mercados con la prima de riesgo en máximos desde noviembre. El Presidente aseguró que la reducción del déficit es «irrenunciable» porque es el único medio para acabar con el «círculo vicioso» que provoca: eleva la deuda, hace más cara su financiación e impide destinar esos recursos a otros fines como la mejora de los servicios públicos y la inversión productiva.

Tras advertir de que hay que pedir prestados y pagar «los 90.000 millones que el año pasado gastamos de más y que equivalen a 2.000 euros por español», Rajoy advirtió de que hay países que acabaron siendo intervenidos. El Presidente aseveró, sin embargo, que «éste no es ni va a ser el caso de España en el futuro». El Presidente pidió a todos los sectores sociales «la mayor prudencia y responsabilidad»; la misma que exigió a los líderes europeos a la hora de hablar de nuestro país.

Los recortes serán más duros si interviene Bruselas, dijo en Barcelona el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien añadió que el Gobierno está llevando a cabo su agenda reformista «por convicción», no por imposición de Europa o los mercados. A la pregunta de un empresario de si los Presupuestos son un ajuste de cuentas a Cataluña, De Guindos respondió: «Podemos equivocarnos, pero ajuste de cuentas, ninguno. Como vengan otros a hacerlos, va a ver usted lo que es un ajuste de cuentas».

Por su parte, Rajoy aseguró a los suyos que su Gobierno tiene «las ideas muy claras», sabe «lo que hay que hacer» y está trabajando «sin descanso» para «darle la vuelta a la situación». En su intervención, expuso el calendario de las siguientes reformas, entre ellas una «capital», la de las administraciones públicas, que en treinta años nadie más se ha «atrevido» a acometer. También fijó para este mes la sanitaria y la racionalización del gasto educativo, dos días después de conocerse la intención del Gobierno de ahorrar 10.000 millones más en estas dos áreas, esfuerzo que deben acometer las autonomías por tener sus competencias.

En mayo, el Gobierno pedirá a las comunidades, en un Consejo de Política Fiscal y Financiera, que hagan los ajustes presupuestarios precisos y que asuman sus obligaciones como instituciones «del gran proyecto nacional español». Este sábado Rajoy explicará el nuevo plan de ajuste sanitario y educativo a los presidentes autonómicos del PP y, un día antes, el Consejo de Ministros aprobará un plan de lucha contra el fraude fiscal, al que seguirán otros en el ámbito laboral y de la Seguridad Social.

El Presidente se reafirmó en acelerar la reforma financiera, promover la salida al mercado de viviendas, acometer privatizaciones y completar la reforma del sector energético. Una normativa para que se puedan gestionar de forma distinta las televisiones autonómicas, una ley de tasas judiciales y otra de transparencia de los organismos reguladores están en su agenda.