Madrid, Agencias

El Gobierno y numerosos dirigentes del PP respaldaron ayer las palabras sobre el aborto pronunciadas por el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, pero el PSOE considera que sus frases le «descalifican». El cruce dialéctico generado por las palabras del Ministro se intensificó ayer aún más, al coincidir con la celebración del Día Internacional de la Mujer.

«En muchas ocasiones se genera una violencia de género estructural contra la mujer por el mero hecho del embarazo», fueron las palabras del titular de Justicia, quien agregó que, si se observa la realidad, se descubre que «muchas mujeres ven violentado su derecho a ser madres por la presión que generan a su alrededor determinadas estructuras».

Gallardón agregó ayer que estaría «encantado» de explicar en el Congreso sus opiniones respecto a la reforma de la ley del aborto y sobre la maternidad, una comparecencia que ya ha solicitado el PSOE.

Pero, de momento, la ministra de Sanidad, Ana Mato, comprometió el respaldo del Ejecutivo a las mujeres que quieren ser madres para que no dejen de hacerlo por cualquier tipo de «presión». «Es la hora de que aquellas mujeres que quieren ser madres no dejen de serlo por presiones sociales, económicas, familiares o de cualquier otro tipo», dijo. Y, en Toledo, la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, apeló a la libertad de elección de las mujeres como requisito indispensable para lograr la igualdad real entre sexos.

El PSOE fue muy crítico con las palabras de Gallardón, y su vicesecretaria general, Elena Valenciano, advirtió al Gobierno de que las mujeres no quieren «salvadores» ni «padres espirituales» que les digan lo que es bueno o malo para ellas, sino que quieren «ser libres» para decidir si quieren abortar u optan por la maternidad.

En el mismo sentido, la portavoz de los socialistas en el Congreso, Soraya Rodríguez, aseguró que lo dicho por el Ministro les «descalifica» a él y a quienes le aplaudieron, y se preguntó cómo puede el Gobierno hablar de derecho a la maternidad cuando la reforma laboral que promueve limita el derecho a la lactancia y obstaculiza la conciliación. Y es que Rodríguez y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aprovecharon el debate de convalidación de la reforma del mercado de trabajo para enzarzarse en un rifirrafe en el que los populares sacaron a relucir el «caso de los ERE» andaluces para contraatacar y la socialista les espetó: «Con la derecha, las mujeres siempre estamos bajo amenaza».