El Gobierno se ha apoyado en la bajada del gasto de los ministerios del 16,9%, hasta los 65.803 millones, para mantener congelado el sueldo de los funcionarios y preservar las prestaciones básicas con el fin de garantizar la revalorización de las pensiones, el subsidio de los parados y las becas.

En cambio, ha optado por recortar el gasto en políticas activas de empleo, donde se incluyen tanto la formación de los que han perdido su trabajo como los incentivos a la contratación. El otro gran recorte lo ha aplicado el Gobierno a la ayuda al desarrollo, donde la tijera se llevará por delante 1.389 millones de euros.

En los presupuestos se cuantifica en 1.557 millones de euros el mencionado recorte en las políticas activas de empleo. El ministro Cristóbal Montoro explicó que supondrá, en términos relativos, un descenso del 21,2%, desde los 7.322 millones de euros presupuestados en 2011 hasta aproximadamente 5.765 millones de euros este año.

Las políticas activas de empleo comprenden programas de empleo y de formación para el empleo, así como bonificaciones para la contratación. En 2011 el presupuesto en políticas activas ya sufrió una disminución del 5,5%. Montoro alegó que hay programas incluidos en este capítulo que, aunque pueden tener un «buen nombre», no están siendo eficaces y operativos en la creación de empleo. «No se puede seguir financiando servicios porque tengan un buen nombre ni apoyar programas que puede que no son operativos a la hora de crear empleo», añadió.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría aseguró que esta reducción presupuestaria no afectará al programa de becas. La dotación de 3.088 millones de euros correspondiente a Educación supone un descenso de 830 millones respecto a los ministerios que el pasado año gestionaban las competencias que ahora ha asumido en uno solo el departamento dirigido por José Ignacio Wert.

Según el Gobierno, en el presupuesto no financiero del Estado para el próximo año figura una cantidad de 972 millones para transferencias, excluyendo becas. El importe total de esas transferencias es 531 millones menos que el del pasado ejercicio, lo que supone un descenso del 35,4 por ciento.

El Gobierno reducirá a la mitad el dinero destinado a la ayuda al desarrollo, que recortará en 1.389 millones. El recorte afectará principalmente al Fondo de Promoción para el Desarrollo (Fonprode), que verá reducido su presupuesto en 670 millones, y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que contará con 594 millones menos.

El Fonprode, uno de los instrumentos que sustituyó en la legislatura pasada a los antiguos créditos FAD, financia donaciones a estados y aportaciones a organismos internacionales no financieros, así como algunos créditos reembolsables en condiciones ventajosas como los microcréditos.

El Fondo creado en 2007 para llevar agua potable y saneamiento a las zonas más necesitadas de América Latina y el Caribe también sufrirá una reducción de 125 millones, según detalló Montoro.

El proyecto de Presupuestos incluye una «partida específica» para subvenciones a ONG, que cobrarán aquellas comprometidas por el anterior Ejecutivo y que aún no se hubieran desembolsado. No está claro si habrá dinero para abrir nuevas convocatorias de ayudas y subvenciones.

El Consejo de Ministros acordó además dejar en suspenso los 67 millones de euros con los que estaba dotado en 2011 el Fondo para la Integración, Acogida y Refuerzo Educativo de los Inmigrantes, una partida creada para que las comunidades autónomas apoyasen los programas encaminados a estas políticas de integración.

Según el resumen de principales reducciones aplicadas por el Ejecutivo para los Presupuestos, el Fondo adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social queda liquidado, pues se reduce en un cien por cien la cuantía con la que estaba dotado.

El Fondo para la Integración fue creado por el Gobierno socialista en el año 2004 con una dotación que pasó de 7 millones a 200 que se consignaron en el año 2009, destinados a la acogida a pie de playa, aprendizaje de la lengua y el refuerzo educativo de los inmigrantes llegados a España.