El presidente Mariano Rajoy admitió ayer ante la plana mayor del PP que «ni a los propios miembros del Gobierno les gustan» las «duras y difíciles» medidas y los Presupuestos que se han visto obligados a aprobar porque «la herencia» del PSOE no les dejó «alternativa». El jefe del Ejecutivo anunció la puesta en marcha en los próximos tres meses de once iniciativas, tres de ellas dirigidas a combatir el fraude fiscal, en la Seguridad Social y en el cobro de las prestación del subsidio de desempleo.

Rajoy pidió «comprensión» a los españoles por los ajustes puestos en marcha en sus primeros cien días al frente de Ejecutivo. Al justificarlos, el Presidente llegó a advertir de que son la única salida para evitar la intervención, en la que han caído otros países. Con un recorte superior a los 27.000 millones, estos Presupuestos «duros y dolorosos» servirán para «enviar una señal muy necesaria a los socios europeos» y a los que prestan el dinero a España, añadió.

Dada «la extrema dificultad» por la que atraviesa el país, con un déficit «inasumible», falta de crédito y de competitividad de la economía española, Rajoy dijo que no le quedaba otra que impulsar estos duros recortes para recuperar la credibilidad del país, dilapidada por los socialistas al incumplir los compromisos con Bruselas. «No hay alternativa» a estas medidas de ajuste sin precedentes y, si la hay, «sería infinitamente peor», subrayó.

El jefe del Gobierno pidió más sacrificios a los presidentes regionales y a los alcaldes del PP, a los que dejó claro que «no es momento de pabellones, ni de autopistas, ni de aeropuertos». También reclamó a los populares que expliquen a los españoles que aplicar estas medidas «es lo que hay que hacer». Rajoy eludió referirse a la amnistía fiscal aprobada el viernes para recaudar 2.500 millones, pese a las duras críticas recibidas por la medida estrella de sus primeros Presupuestos.

Rajoy rechazó las críticas del PSOE al que culpó de la actual situación porque si hubiera cumplido con su compromiso de reducir el déficit al 6 por ciento, el recorte de gasto este año sería de 18.000 millones y el año que viene en 10.000.

Son unos Presupuestos «imprescindibles y necesarios» para poner las bases de la recuperación económica, dijo Rajoy, quien señaló que el Gobierno ha procurado ser «justo y equitativo» a la hora de «repartir los esfuerzos» que «todos» deben hacer, «priorizando la reducción de gastos», de forma que han subido «ligeramente» las pensiones», han mantenido el gasto en desempleo, no han subido el IVA y no han bajado el sueldo de los funcionarios. En cuanto a la subida de la luz, culpó al PSOE del «problema descomunal» en el sector eléctrico por dejar «una deuda de 24.000 millones».

El Gobierno aprobará once reformas en los próximos tres meses, entre ellas la del desarrollo de la ley de Estabilidad Presupuestaria, la culminación del saneamiento del sistema financiero, la de los servicios públicos y eliminación duplicidades de las administraciones. Se impulsará la ley de emprendedores y las reformas del sector eléctrico y de la ley de Costas «sensata» y «equilibrada».

Además se aprobará la unidad de mercado, la ley de Mutuas y sendos planes de lucha contra el fraude fiscal, a la Seguridad Social y en la percepción del desempleo; y empezará a trabajar en la reforma de la ley de Educación y de Formación Profesional.