Un grupo de activistas vulneró ayer la seguridad del metro madrileño al tirar a la vez y de forma coordinada del freno de emergencia en trece trenes de nueve líneas en plena hora punta, como protesta por la subida de tarifas una media del 11% desde el 1 de mayo.

La acción «Toma el metro» fue criticada por la presidenta regional, Esperanza Aguirre, quien aseguró que sus autores «no se van a ir de rositas» y que tres de ellos fueron identificados gracias a las cámaras de seguridad, según informa «Efe». El sabotaje se registró sobre las 08.30 en las estaciones de Cuatro Caminos (línea 1), Sevilla (2), Argüelles y Embajadores (3), Núñez de Balboa (5), Príncipe Pío, Sáinz de Baranda y Universidad (6), García Noblejas (7), Colombia (8), Príncipe de Vergara y Ventilla (9) y Nuevos Ministerios (10).

La acción ha supuesto unos minutos de retraso que han afectado a unos 8.000 viajeros de forma directa. Los responsables de Metro han puesto la denuncia ante la Policía, que se ha hecho cargo de la investigación.

Paralelamente, el movimiento 15-M anunció ayer su decisión de volver a acampar en la madrileña Puerta del Sol a partir del domingo, 12 de mayo, y, al menos, hasta el día 15, para celebrar el aniversario de su nacimiento y con el fin de reclamar un cambio social, político y económico.

Los indignados han colgado un vídeo anónimo en varias webs en el que se invita a la movilización «por un cambio global». Los convocantes llaman a recuperar «nuestra voz en los espacios públicos». El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró que 15-M no podrá volver a ocupar la Puerta del Sol de Madrid. «No, no va a acampar porque es ilegal y evidentemente no va a haber acampadas porque son actos ilegales», dijo. No obstante, distinguió entre acampadas y manifestaciones al considerar estas últimas un derecho fundamental.