Vitoria / Oviedo,

Agencias / E. F.

Tres meses después de perder en mayo el apoyo del PP por su oposición a la política anticrisis del Gobierno Rajoy, el presidente del Ejecutivo vasco, el socialista Patxi López, adelantó ayer las elecciones autonómicas en esa comunidad, que en principio debían celebrarse en marzo de 2013. López ha convocado los comicios para el 21 de octubre, lo que hace que la jornada de reflexión coincida con el primer aniversario del comunicado en el que ETA renunció a la violencia.

El escenario electoral que se abre ahora en el País Vasco está marcado por la incertidumbre, como lo demuestran las últimas encuestas de las que se dispone (véase el gráfico adjunto) correspondientes al Euskobarómetro del pasado mes de mayo. En ellas aparece el PNV como favorito (22-23 de los 75 escaños en juego), aunque lejos de la mayoría absoluta, cifrada en 38 escaños.

En la hipótesis de que, en efecto, ganara las elecciones, el PNV tendría que decidir si forma Gobierno con la izquierda aberzale o con los socialistas. Los aberzales, que concurren mediante la coalición HB Bildu (nucleada por Eusko Alkartasuna, Aralar, Alternatiba y Sortu, la formación heredera de Batasuna, legalizada por el Constitucional el pasado junio), obtenían el segundo lugar en las encuestas de mayo, con una horquilla de 19 a 22 diputados.

Por su parte, los socialistas, que encajan el desgaste de sus años de Gobierno, quedarían relegados al tercer lugar, que les valdría 16 escaños. El PP, por su parte, salía algo reforzado en los sondeos de mayo y se consolidaba con 14 escaños en el cuarto lugar. En todo caso, tanto por razones inherentes a la política vasca -la legalización de Sortu, la primera de ellas- como por las que se derivan de la compleja situación nacional creada por la crisis, los datos de la encuesta de mayo aparecen hoy como arcaicos.

En su comparecencia en el palacio de Ajuria Enea para anunciar el adelanto electoral, López, que disolverá el Parlamento autónomo el próximo día 28, aseguró que su convocatoria tiene como objetivo que los vascos puedan decidir el «modelo» con el que quieren salir de la crisis.

López, el primer lendakari no nacionalista del País Vasco, explicó que su decisión, «muy meditada y responsable», se toma en función de los «intereses generales de la ciudadanía vasca» y en ningún caso por problemas de liquidez del Ejecutivo -acrecentados con la caída de la recaudación de las haciendas forales-, que negó de forma rotunda.

Las diputaciones generales de los tres territorios vascos, que son las encargadas de recaudar para el Gobierno de Vitoria, se han opuesto a la voluntad de López de reforzar la presión fiscal.

El Lendakari aseguró que convoca ahora las elecciones porque «es la hora de abrir un nuevo tiempo de diálogo y de acuerdos», imposible de lograr en época preelectoral, y opinó que «es momento de avanzar» a través de reformas «profundas» en fiscalidad, en el entramado institucional y en políticas sociales.

Asimismo, subrayó que al fijar la fecha de las elecciones en octubre da tiempo para que el nuevo Gobierno vasco pueda elaborar unos presupuestos para 2013 con unas «políticas» para hacer frente a la crisis avaladas por las urnas.

Se mostró convencido López de que Euskadi «es hoy más libre y más moderna» que cuando el PSE-EE llegó al Gobierno, en 2009, y subrayó la oposición de su Ejecutivo a la política de recortes del Gobierno central, asegurando que mientras gobiernen los socialistas en Euskadi, los pensionistas y las personas con menos ingresos no tendrán que pagar más por los medicamentos.

«El Gobierno central se ha convertido en una administración errática» y «con cada medida que adopta nos aleja de la salida de la crisis y crea mayor incertidumbre», denunció, a la vez que sostuvo que ha parado «en seco el despilfarro manteniendo los servicios públicos y más que duplicando las inversiones en políticas sociales».