«Cada uno que aguante su vela. Éste es un partido en el que quien la hace la paga». Con esta contundente amenaza respondió ayer la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, al negar «tajantemente» que ella y otros dirigentes hayan cobrado sobresueldos en negro procedentes de constructoras durante su mandato y añadió que no le consta que ocurriera antes.

Otros ex secretarios generales del PP, salvo Francisco Álvarez-Cascos, salieron a negar que el ex tesorero del partido Luis Bárcenas pagara a algunos dirigentes desde 5.000 hasta 15.000 euros mensuales. «Tajantemente» lo desmintió Javier Arenas, quien dijo que no le constan sobresueldos durante su etapa (1999-2003) y remitió a las declaraciones de la renta de sus integrantes. En el mismo sentido se pronunció Ángel Acebes (2004-2008). «Que yo conozca, nunca se han producido esos pagos. La contabilidad estaba auditada por el Tribunal de Cuentas», afirmó.

«Ni vi, ni se me ofreció, ni se me dio ningún sobre con dinero y, por supuesto, no lo hubiera aceptado: ni vi ni escuché nada y si lo hubiera visto o lo hubiera escuchado no me habría callado», declaró la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien al responder a once preguntas sobre el escándalo dijo que no hay que poner la mano en el fuego por nadie y pidió aplicar todo el peso de la ley.

La propia Cospedal negó «rotundamente» que el PP sea titular de los 22 millones que tenía Bárcenas en Suiza, y tampoco sabe de dónde procedían ni qué uso se les daba. Por último, advirtió de que su partido no acepta «ningún chantaje» ni «ninguna amenaza» de nadie, en alusión a las informaciones que señalan que Bárcenas avisó de que identificará a los que pagó en negro si no se le ayuda a eludir sus responsabilidades penales.

Esperanza Aguirre, la gran rival de Rajoy, confesó no tener ni idea de si se sabía algo en el PP, porque «nunca he estado en la dirección nacional». Exigió que se investigue «sin que tiemble el pulso», que se llame a declarar «a quien sea y caiga quien caiga», porque «estamos ante una crisis institucional gravísima».