Oviedo / Madrid / Barcelona,

L. MUÑIZ / Agencias

El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, culminaron esta semana, con una reunión secreta en la Moncloa, una semana de deshielo en sus difíciles relaciones, congeladas por el desafío soberanista de CiU y ERC. El encuentro, que no trascendió hasta ayer por expreso deseo de Mas, es el primero que ambos celebran desde el pasado 20 de septiembre, cuando Rajoy rechazó el pacto fiscal que había venido a pedirle el mandatario catalán.

En la entrevista de esta semana, Rajoy y Mas coincidieron en la necesidad de elevar el techo de déficit de las comunidades autónomas, entre ellas la catalana, pero se mostraron abiertamente discrepantes en todo lo tocante al derecho a decidir y la consulta de autodeterminación que CiU y ERC se ha comprometido a convocar en 2014.

Precisamente la cuestión del déficit ha sido la que ha permitido descongelar las relaciones entre Madrid y Barcelona, y que por ambas partes haya vuelto a oírse hablar de la necesidad de diálogo, aunque los dirigentes de CiU reclaman que éste vaya acompañado de resultados; el principal, que el Gobierno catalán puede elaborar los Presupuestos de este año, aún sin presentar, con un objetivo de déficit que no le obligue a hacer recortes por valor de 4.400 millones de euros.

El actual está fijado en el 0,7%, pero la aspiración de la Generalitat es que ese límite se eleve al menos hasta el 1,5%, para lo cual será preciso antes que Bruselas permita a España superar el 4,5% estipulado para este año, algo que se da por seguro pero para lo que todavía no hay fecha.

Con todo, la necesidad de aprobar lo antes posible las cuentas catalanas de 2013 está haciendo pasar a un segundo plano la cuestión soberanista, y ERC ya ha advertido a CiU de que le retirará su apoyo si flaquea en este punto.

El portavoz adjunto de ERC en el Parlamento catalán, Oriol Amorós, dio la aprobación de su partido al encuentro entre Rajoy y Mas, pero advirtió: «No esperamos demasiado. El Estado siempre ha incumplido todos sus acuerdos con Cataluña».

Por su parte, el portavoz de CiU en la Cámara autonómica, Jordi Turull, hizo «una valoración agridulce» de la reunión: celebró que del encuentro surgiera una vía de acuerdo para flexibilizar el objetivo de déficit de las autonomías, pero lamentó que esa voluntad de acuerdo no se haya reproducido con la celebración de la consulta de independencia.

Mientras tanto, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, dio ayer a conocer la pregunta que su partido desea que se formule en el caso de que se convoque una consulta de autodeterminación: «¿Usted cree que Cataluña debería ser un Estado independiente?».

Turull dijo estar de acuerdo con ERC en que la pregunta a la consulta de autodeterminación debe ser «nítida y clara», pero pidió a los republicanos que no tengan prisa para fijar la cuestión, porque se debe consensuar.