El secretario general Pedro Sánchez aseguró ayer que los socialistas están "de nuevo en pie y en marcha para cambiar España una vez más" y, advirtió, "es un pésimo día para los que quieren un PSOE débil" porque de este congreso "salimos más fuertes y unidos".

"Hoy es un mal día para la derecha española, para los que quieren imponernos su moral y erosionar el Estado del bienestar; para los de los sobres llenos y las conciencias vacías; para los tramposos que se envuelven en banderas de España pero se llevan el dinero a paraísos fiscales", dijo en la clausura del congreso extraordinario que lo proclamó como primer líder del partido elegido por los militantes.

Sánchez hizo hincapié en que su reto es ganar las próximas elecciones. "Lo hemos hecho dos veces" y "vamos a hacerlo una tercera", con un proyecto "alternativo" al del PP y dirigido a una "clase media y trabajadora que se siente desamparada por su Gobierno" en un país "hastiado, indignado y herido".

"El reto es dar a España un camino diferente del que ofrece la derecha", afirmó, tras recalcar que el PSOE es el partido "del cambio", que "transforma voluntades en hechos", dijo. Sánchez abogó por emprender una "segunda transición económica, en defensa de la clase media y trabajadora", y llamó a poner en marcha una "alternativa económica socialista" que impulse el desarrollo y que garantice el Estado del bienestar.

Sánchez llamó a "modernizar el PSOE" y una España en la encrucijada, a la vez que propuso "cambiar la indignación por la confianza". "Nuestra remontada no parte de cero. Gobernamos en Andalucía y Asturias", subrayó, para, acto seguido, expresar un agradecimiento a Javier Fernández y a Susana Díaz por mantener un "contraste tan contundente en favor de la igualdad ante una derecha que causa tanto dolor",

El secretario general llamó entonces a los socialistas a "abandonar de una vez por todas los complejos" y a decir "alto y claro" que "en este país todo lo bueno ha venido siempre del PSOE". A continuación renovó su compromiso de que lo primero que hará cuando gobierne será derogar la reforma laboral y las restricciones a la interrupción del embarazo.

Acto seguido, defendió una España en la que no haya "generaciones perdidas ni olvidadas" y prometió defender el interés general frente a los "muchos 'lobbies' que en este país influyen en las decisiones políticas de los gobiernos".

En una intervención de una hora, Pedro Sánchez anunció que va a exigir a Rajoy en el Congreso que explique el "despilfarro" de 11.500 millones que ha supuesto "malvender" Catalunya Banc al BBVA, porque el "compadreo" se lo deja a "Aznar, Rato, Blesa y compañía".

También subrayó que su respuesta a los planes de elección directa de alcaldes de Rajoy es un "claro y rotundo no" y aconsejó al Presidente que "si quiere regenerar la democracia, que coja la escoba y empiece a limpiar su casa" y "asuma responsabilidades por la 'red Gürtel', aunque sea en diferido".

En su empeño por remarcar las "diferencias con la derecha", Pedro Sánchez apeló a la "igualdad en la economía y en todos los frentes" y prometió una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres.

Se comprometió además a "acabar con el aforamiento total de los cargos públicos", a limitar a dos los mandatos de los presidentes, a reordenar la financiación de los partidos, a eliminar la representación política del Tribunal de Cuentas, endurecer el Código Penal contra la corrupción y a reformar la ley Electoral.

Animó a los catalanes, en vez de irse de España, a "liberarse" del paro y la corrupción, que "hay mucha en Cataluña", en alusión a la confesión del expresidente Jordi Pujol de que tuvo dinero en el extranjero durante treinta años sin regularizar. "Desterremos palabras que nos indignan como crisis, paro, pobreza, corrupción e independentismo", dijo. Sánchez aseguró que la vía federal es la "única que garantiza la unión de los pueblos de España" y acusó a los secesionistas de engañar porque "libertad no es igual que separación". En este asunto explicó que tendrá una "postura abierta al diálogo, la negociación y el pacto", y que ante el "choque de trenes" los socialistas quieren "reformar la Constitución para que todos los españoles voten".

Sin mencionarlo, cargó contra Jordi Pujol al defender el papel del PSC frente al "patriotismo hipócrita de quien cuando tiene que elegir entre patriotismo y patrimonio elige patrimonio y se lo lleva a un paraíso fiscal". A los que criticaron su orden de votar en contra de Jean-Claude Juncker, les advirtió que "no va a haber grandes coaliciones ni en Madrid ni en Bruselas". Sánchez aseveró que propondrá derogar los acuerdos con la Santa Sede, momento en el que recibió la mayor ovación del congreso.

Para su "proyecto de mayorías", propuso "salir al encuentro de los indignados y de todos los votantes que se alejaron del PSOE y prefirieron votar a otros partidos". En este sentido, dijo que espera "seducir" con su proyecto a los "abstencionistas hastiados de la política", a los que se "sienten engañados" por el PP y a "todos los que quieren cambiar las cosas, sin populismos". Por último, anunció que el PSOE publicará cada trimestre sus cuentas, y todos sus cargos mostrarán sus bienes e intereses.