"Haz un garabato Andrés. Andrés irá a la cárcel, ¿eh?". Así bromea por teléfono el director de una sucursal con la secretaria de Marjaliza, quien había enviado al chófer a firmar un ingreso de 3.000 euros haciéndose pasar por otra persona y que le responde: "Dile que luego le llevamos los bocadillos".

Esta es una de las conversaciones transcritas que aparecen en el sumario de la Púnica y que sirve de muestra de cómo los miembros de esta red corrupta actuaban irregularmente en su día a día, con la ayuda en este caso del director de una sucursal de Ibercaja de Valdemoro que fue registrada en la operación Púnica.

La conversación, del 14 de julio de 2014, se inicia con la llamada a la secretaria, Ana María Ramírez (que salió de prisión hace tan sólo unas semanas tras permanecer ingresada en la cárcel desde octubre), del director de la sucursal, consultándole "un problema" con el ingreso.

El director, que tenía delante a Andrés, el chófer de Marjaliza, con el dinero en metálico, le pregunta qué nombre debe hacer constar en los documentos como la persona que hace el ingreso, y la mujer le dice: "Pon ingreso, factura y tal. El concepto si puedes poner, ingreso cobro factura Manuel, ya está, punto".

"En fin... pero que para hacer un ingreso en una cuenta de una sociedad...", le replica el director de la sucursal, a lo que ella responde que "cualquiera puede ingresar dinero en cualquier cuenta, siempre y cuando lo identifique".

"En efectivo no, eso era antes", le aclara el trabajador del banco, y se escucha cómo la mujer empieza a buscar el DNI del hombre entre la lista de sociedades que maneja la considerada como gestora de las numerosas empresas de la trama. "Espera un momento, a ver que cambie de empresa, que está en otro lado", le dice en un momento dado.

Una vez encuentra el DNI y le da el nombre completo, el director de sucursal empieza a hacer los trámites para el ingreso y se queja de que cada vez les complican más las gestiones, pero que él no tiene que hacerlas habitualmente, aclarando que "yo solo atiendo cuando viene alguno como vosotros, si no no me entero", y añadiendo que mandaría "a cascar" a "los que hacen las leyes estas, que estoy hasta los huevos de ellos".

El último paso es la firma del ingreso por la persona física que lo hace, pero en este caso, a falta del nombre plasmado en el documento, firma el chófer de Marjaliza.

"Haz un garabato Andrés. Andrés irá a la cárcel, ¿eh?", le dice el hombre a Ramírez, que responde: "No... qué lástima, dile que luego le llevamos los bocadillos, que no pasa nada, no le digas eso al chiquillo (ríe). Ay qué lástima", contesta ella, tras lo que se despiden.