La oposición hizo causa común contra el Gobierno por el proyecto de presupuestos por dos motivos: su contenido y por el hecho de que un Gobierno al final de su mandato imponga unos presupuestos al futuro ejecutivo sin conocer antes el resultado de las urnas de noviembre. El PNV calificó por ello la maniobra del Gobierno de "absoluto fraude electoral".

Sobre el contenido de las cuentas públicas, el PSOE rechazó las "chuches" y la "subasta" de última hora PP (subidas de pensiones y del sueldo de los funcionarios) y apeló a un cambio de Gobierno "sensato" y "sin locuras". Podemos afeó que se quieran compensar, dijo, los recortes de los últimos años con una subida de "unos céntimos" en las pensiones y los salarios públicos. ERC juzgó la cuentas de "populistas y antisociales". IU las calificó de "ideológicas" y "regresivas" y de hacer previsiones que son "pura fantasía". Unió consideró "indigna" la utilización de los funcionarios como "recurso electoral". Ciudadanos deploró que Rajoy deje al final de su mandato "más deuda pública que Zapatero y prácticamente el mismo número de parados". UGT criticó que los Presupuestos sean "electoralistas" e incidan "en un modelo de crecimiento desigual e injusto". El Gobierno andaluz (PSOE) consideró "extraordinariamente preocupante" e "inaudito" que el gasto social baje cuatro décimas en un presupuesto que crece".