La vecina de Fuerteventura Josefa Hernández abandonó ayer por la tarde la cárcel de Tahíche, en Lanzarote, donde ha pasado los últimos tres días y medio, después de que la Audiencia de Las Palmas decidiera volver a dejar en suspenso su condena por construir su vivienda en un espacio protegido.

"Estoy superfeliz y muy, muy agradecida", señaló la ya conocida como "abuela de Fuerteventura" a las numerosas personas que la aguardaban a la salida del penal, entre ellas sus hijas, varios parientes y el alcalde de su pueblo, Betancuria, Marcelino Cerdeña.

La Audiencia de Las Palmas revocó ayer el auto de la juez que ordenó el ingreso en prisión de Hernández y decretó su inmediata liberación. La sección primera de la Audiencia determinó así que la pena de cárcel impuesta puede seguir en suspenso, pero deberá derribar las obras que realizó ilegalmente.

Hernández fue condenada en 2012 por realizar obras de ampliación en la casa que heredó de sus padres en el Parque Rural de Betancuria. El Gobierno tiene previsto concederle hoy el indulto.