El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha condenado a 9 años y medio de inhabilitación y a 450.000 euros de multa al exdiputado de CiU Xavier Crespo por aceptar regalos de un presunto mafioso ruso a cambio de favorecer sus intereses urbanísticos cuando era alcalde de Lloret de Mar (Girona).

En la sentencia, notificada hoy a las partes, el alto tribunal catalán condena a nueve años de inhabilitación especial para ejercer cargo público -dos y medio por cohecho y siete por prevaricación- al exdiputado, para quien la Fiscalía pedía dos años y medio de cárcel y ocho de inhabilitación.

El tribunal también condena al exconcejal de Urbanismo de Lloret de Mar Josep Valls a ocho años y medio de inhabilitación y a una multa de 300.000 euros, mientras que al supuesto mafioso ruso Andrei Petrov le impone 7 años de inhabilitación y 450.000 euros de multa.

En el fallo, la sala civil y penal del TSJC absuelve al entonces presidente del club de hockey de Lloret Joan Perarnau, al que la Fiscalía consideraba que estaba implicado en la trama corrupta, al entender que desconocía que los patrocinios deportivos que pagaba el empresario ruso encubrían sobornos.

A la arquitecta del presunto mafioso, Pilar Gimeno, también la absuelve el tribunal al entender que era ajena al "acuerdo prevaricador" y que se limitaba a ejercer la dirección de los proyectos urbanísticos del empresario.

El alto tribunal catalán obliga a la sociedad de Petrov Devolopment Diagnostic Company SL a indemnizar, junto al resto de condenados, con 133.745 euros al Ayuntamiento de Lloret de Mar, por la suma que las arcas municipales perdieron debido a las ventajas fiscales que se concedieron a las obras del empresario ruso.

Además, la Sala ha acordado decomisar a Crespo el reloj que recibió del supuesto mafioso, o su importe, y le obliga a devolver el coste del viaje a Rusia que el empresario pagó a la familia del exalcalde, valorado en 3.235 euros.

El presidente del TSJC y del tribunal que juzgó a Crespo, Miguel Ángel Gimeno, ha emitido un voto particular en el que considera que ni Crespo ni Valls pueden ser condenados por un delito de prevaricación, al entender que pese a que recibieron dádivas su actuación no fue ilícita.

El tribunal cree probado que Crespo y Valls convinieron con el supuesto mafioso que su empresa colaboraría como patrocinador en los clubes de fútbol y de hockey del municipio, en el que jugaba un hijo del exdiputado y del que su esposa, Guadalupe Oliva, había sido vicepresidenta.

Además, en febrero de 2008, Petrov invitó a Crespo, su esposa y a su hijo a un viaje a Rusia con todos los gastos pagados, sin que el alcalde informara a los miembros de la corporación municipal "de su viaje, ni de las entrevistas que había tenido y su finalidad", según la sentencia.

El 10 de septiembre de 2010, con motivo de su cumpleaños, el empresario ruso regaló un reloj de la marca Zenith, valorado en 2.200 euros, a Xavier Crespo "en atención a su condición de alcalde", sostiene el tribunal.

Como contrapartida, según la sentencia, Crespo "dispuso todo lo necesario" desde su cargo de alcalde para que en 2009 el Ayuntamiento de Lloret de Mar concediera una bonificación fiscal del 50 % al proyecto de construcción de un complejo comercial en la antigua plaza de toros del municipio, que Petrov había comprado en mayo de 2007.

La bonificación había sido solicitada por la arquitecta de Petrov y, como los técnicos municipales hicieron ver al alcalde que esa rebaja no era posible, este acordó tramitar el impuesto "como si las obras licenciadas fuesen de especial interés y utilidad municipal" acogiéndose a una ordenanza municipal, añade el TSJC.

La bonificación fue finalmente aprobada en un pleno municipal de abril de 2009, después de que Valls defendiera en el mismo la propuesta de rebaja fiscal, pese a que el alcalde había sido advertido de que "las obras licenciadas no tenían cobertura en la indicada ordenanza y que ello crearía un mal precedente".

El tribunal reprocha a Crespo que, tras ser agasajado por el presunto mafioso ruso, se abstuviera de su obligación de "hacer cumplir las resoluciones municipales", pese a ser "el responsable principal" de hacerlo por su condición de alcalde.

Crespo, cuyo nombre fue barajado para ocupar la dirección política de los Mossos d'Esquadra durante la etapa de Felip Puig al frente de la conselleria de Interior, fue alcalde de Lloret de Mar entre 2003 y 2011 y abandonó su escaño en el Parlament el pasado mes de mayo, a las puertas de iniciarse el juicio que finalmente le ha comportado la inhabilitación.