La Audiencia Nacional ha condenado al Estado a indemnizar con 70.000 euros a un joven de Bueu (Pontevedra) que pasó ocho meses en prisión por una violación que jamás cometió. Para más inri, aquella violación ocurrió en Navarra, donde jamás había estado.

El chico, José Eligio Otero Martínez, estuvo en prisión provisional desde el 30 de junio de 2011 al 14 de marzo de 2012 debido a que supuestamente se había localizado su ADN en el lugar de los hechos. Sin embargo, cuando su abogado solicitó un contranálisis se descubrió que la Guardia Civil se había equivocado al etiquetar las pruebas y le atribuyó un delito que no había cometido en un lugar en el que jamás en su vida había estado.

La Benemérita contaba con sus huellas y ADN por un caso anterior en A Coruña y del que había sido absuelto. "A mí me han destrozado la vida. Fueron muy rápidos para encarcelarme, pero tardaron mucho en reconocer el error y no son nada generosos con la indemnización", valora el joven desde su domicilio.

El joven recuerda como un auténtico calvario su paso por la prisión de Pamplona -"la cárcel no es un sitio donde se aprecie a los violadores"- y que estuvo tentado incluso a quitarse la vida. "Si me llegan a condenar en el juicio me suicido", afirma tajante. Los 70.000 euros de esta indemnización se suman a los 30.000 euros que tuvo que abonarle previamente el Estado después de salir de la cárcel y tras el juicio en el que salió absuelto. "Es insuficiente. Desde el día en que la Guardia Civil se presentó en el que era mi trabajo mi vida se fue por la borda. Aunque pasen 50 años esto no va a desaparecer nunca", afirma.