El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (CDC), respondió ayer con una dureza inusual en él al veto presupuestario que le plantean sus socios de la CUP, a los que, sin nombrarlos, calificó de "destructores", a la vez que los acusó de "irresponsabilidad social" y de "desgarrar" el proceso soberanista, en el que están embarcados junto a CDC y ERC. "Sólo los catalanes podemos impedir la independencia haciendo las cosas mal", solemnizó.

El jueves, la CUP dio un portazo a Puigdemont al calificar de insuficientes las propuestas contenidas en el documento que les hizo llegar el Govern para acercar posiciones sobre los presupuestos de la Generalitat. En consecuencia, la CUP mantiene su enmienda a la totalidad, lo que obligaría a mantener la actual prórroga presupuestaria y podría abrir un escenario electoral en Cataluña tras el verano.

Puigdemont pidió a los anticapitalistas que aparquen "apriorismos ideológicos y ventajas partidistas" para aprobar unos Presupuestos que incrementan en 870 millones de euros las partidas destinadas a luchar contra la pobreza en Cataluña. "No somos dispensadores de caridad, sino que somos todos juntos constructores de respuestas y constructores de dignidad", dijo.

"Al día siguiente de una derrota o un derrumbe, en este país siempre se alza una generación de constructores dispuesta a remendar aquello que los destructores han desgarrado", afirmó. Según Puigdemont, hay "destructores que son generadores de pobreza con su acción, con sus actos y con su irresponsabilidad social", pero también por su "omisión de socorro, por irresponsabilidad y por insensibilidad".

A última hora de la mañana, Puigdemont se reunió en el Palau de la Generalitat con los líderes de las entidades independentistas Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) para alertarles de los efectos que sobre el proceso soberanista tendría la consumación del veto de la CUP a unos Presupuestos en los que pretende introducir, entre otras medidas, una mayor presión fiscal para las rentas más altas.

Con esta reunión, Puigdemont pretende presionar a la CUP para que ceda y evite un choque que, según el Govern, dejaría "tocado" todo el proceso soberanista. Aun respetando su oposición a los Presupuestos, lo que el Govern pretende ahora mismo es que la CUP retire su enmienda a la totalidad y permita al menos la tramitación de las cuentas. Para CDC, si la CUP ejecutase su veto se rompería el acuerdo de estabilidad firmado en enero y se pondría en riesgo la legislatura.