Podemos puso ayer en la lista de pactos con el PSOE susceptibles de romperse los de Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares, en caso de que los socialistas decidieran abstenerse en una hipotética nueva investidura del líder del PP, Mariano Rajoy.

Si se tiene en cuenta que ya la semana pasada, días antes de que la crisis del PSOE estallara con toda su crudeza, Podemos de Castilla-La Mancha anunció la ruptura del acuerdo que mantiene en la Presidencia de la comunidad al socialista Emiliano García-Page, del sector "crítico" con Pedro Sánchez, se trataría de una ofensiva en toda regla del partido de Pablo Iglesias para hacer pagar cara al PSOE tanto la defenestración de su último secretario general, partidario del entendimiento con Podemos, como su cambio de postura ante la investidura de Rajoy.

Las direcciones de Podemos en Aragón, Baleares y Comunidad Valenciana hicieron saber ayer al PSOE que permitir que gobierne el PP es "incompatible" con seguir defendiendo, al frente de los gobiernos autonómicos, los intereses de sus ciudadanos, y que, de producirse, ese cambio tendrá "consecuencias".

La dirección nacional de Podemos negó haber puesto en marcha una estrategia coordinada de presión sobre los socialistas. No obstante, la semana pasada, además de romper en Castilla-La Mancha, Podemos constató que su relación con el PSOE de Extremadura lleva meses rota.

De los cinco territorios, sólo los socialistas baleares se alinearon con Sánchez; las demás son "baronías" críticas. Quizá por ello, en las islas Podemos planteó al PSOE "blindar" el pacto para protegerlo de las "directrices" que a partir de ahora vendrán "desde Madrid o Sevilla".

El líder de Podemos Aragón, Pablo Echenique, advirtió que si el PSOE contribuye a la reelección de Rajoy, habrá "consecuencias", máxime a tenor del "papel protagonista" que el presidente de la comunidad, Javier Lambán, tuvo en la caída de Sánchez.

Chunta Aragonesista (CHA), también firmante del pacto, juzgó "impresentable" la amenaza de Echenique y pidió "calma".