La duplicidad de liderazgos que Javier Fernández asumió el sábado encuentra algún precedente similar sin necesidad de salir de Asturias. Hubo un tiempo a comienzos de los noventa en el que el fallecido Luis Martínez Noval, predecesor inmediato de Fernández como secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), era a la vez el líder del partido en Asturias y ministro de Trabajo en el gobierno que presidía Felipe González. Dirigía la FSA y debía pasar mucho tiempo en Madrid, compatibilizando obligaciones a distancia de acuerdo con un procedimiento sólo en parte parecido al que ahora habrá de seguir el presidente del Principado.
Los cargos son distintos y sobre todo es otro el clima que los rodea, pero Javier Fernández dirigirá el PSOE, que tiene sede y decide en Madrid, con residencia y presidencia del Principado en Asturias. Tendrá al menos que seguir acudiendo a los plenos de la Junta, porque es diputado y vota y al PSOE no le sobra ningún voto, deberá presidir los consejos de gobierno aunque haya un mecanismo de sustitución previsto para causas de fuerza mayor y parece evidente que las del cargo público son sus obligaciones primordiales, pero también que "coser" el PSOE da mucho que hacer.
