El fundador de Podemos Juan Carlos Monedero da por terminado el debate interno en la formación morada sobre su estrategia futura una vez que considera que en el PSOE "por fin se han caído las caretas". Para Monedero, ahora ya están claros "los bandos" y el "partido de la corrupción", el PP, va a recibir el apoyo de los socialistas para gobernar.

Un día después de que en el Consejo Ciudadano Estatal se impusiera la tesis de Pablo Iglesias de que Podemos debe pesar la calle en detrimento de la acción institucional, Monedero vino a refrendar las posiciones del líder de la formación. El que está considerado como uno de los principales ideólogos del partido considera cerrado el debate con Íñigo Errejón, partidario de suavizar el perfil político de la organización para atraerse a un electorado que los convierta en una auténtica fuerza de gobierno.

El PSOE es, según expuso Monedero en Santander ante un centenar de personas, un partido "quebrado" que ha traicionado a sus militantes y votantes. La previsible abstención de los socialistas en un nuevo debate de investidura de Rajoy revelará los "intereses profundos" del bipartidismo, con un PSOE que "ha dado un golpe de estado para que la militancia no se pronuncie" y un PP que intenta "invalidar" el procedimiento de la Gürtel "desesperado por evitar que la gente cante", porque si lo hace "cae toda la cúpula". El fundador de Podemos reconoce que Pablo Iglesias tenía razón al afirmar que el PSOE "estaba atravesado por una lógica bipartidista". Ahora "se ha quitado la careta y ha demostrado que su opción es una gran coalición que restaure aquello que hizo que los españoles nos echáramos a las plazas a protestar por el vaciamiento de la democracia",

Monedero descarta que la abstención de los socialistas provoque la ruptura de los acuerdos de gobernabilidad que el PSOE y Podemos tienen en comunidades y ayuntamiento. "No está realmente encima de la mesa romper esos gobiernos porque nadie lo entendería", apostilló.

Unidos Podemos y sus confluencias catalana y gallega, el PNV, los independentistas catalanes de ERC y la antigua Convergència y Compromís se han desmarcado de los actos organizados para el 12 de octubre con motivo de la Fiesta Nacional porque la consideran una celebración con claras connotaciones "franquistas" y, por tanto, "vieja". Los distintos portavoces de las citadas formaciones, se mostraron ayer partidarios de revisara el sentido de la festividad de forma que todos los compatriotas se sintieran "cómodos" o incluso defiende elegir otra fecha ligada a los valores constitucionales o republicanos y no al descubrimiento de América, según informa Europa Press.