Tres de los ministros más veteranos del Gobierno de Mariano Rajoy en la pasada legislatura, José Manuel García-Margallo, Jorge Fernández Díaz y Pedro Morenés no repetirán como ministros y dejarán el Gobierno.

Rajoy ha decidido que García-Margallo y Fernández Díaz y Morenés no continúen al frente de los Ministerios de Exteriores, del Interior y de Defensa, y así se lo ha comunicado personalmente a los tres.

Margallo, el jefe de Exteriores más político

José Manuel García-Margallo deja el Gobierno tras casi cinco años como ministro de Exteriores en los que no ha obviado ningún tema por polémico que fuera, ya sea Cataluña, Gibraltar o Venezuela, y ha dotado a la política exterior de un nuevo marco legislativo con la aprobación de numerosas leyes.

El ya exministro ha sido un trabajador incansable, que no ha tenido miedo a forjarse enemigos por defender sus convicciones y que llegó a su despacho -donde ha ejercido su labor rodeado de mapas, fichas, documentos y un cuadro del Peñón de Gibraltar- con un vasto conocimiento de la política internacional.

Estrecho amigo de Mariano Rajoy desde hace años, se le supone cabecilla del llamado G8, el grupo de los ocho ministros más cercanos y amigos del presidente del Gobierno, aunque algunos acontecimientos del último año les han llevado a distanciarse. Entre ellas los rumores sobre su idea de postularse como un presidente de consenso para una legislatura corta en un momento del bloqueo político o sus planteamientos de reforma constitucional con un cambio de la financiación en Cataluña.

Analista refinado, buen orador y de carácter abierto y cordial, siempre ha expresado su opinión en todos los temas, aunque le costara críticas incluso dentro del Gobierno, y ha sido tajante en sus decisiones, como por ejemplo en la destitución de embajadores cuando ha sido necesaria.

Desde que tomó posesión de su cargo el 22 de diciembre de 2011, siempre se ha implicado en el proceso soberanista catalán y ha defendido que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE.

Gibraltar ha sido su otra obsesión esta legislatura. Nada más tomar posesión, dejó clara su postura en una conversación con un eurodiputado británico al que soltó: "Gibraltar, español".

La Marca España ha sido "la niña de sus ojos", a la que ha llevado a cada rincón del mundo.

La intensa campaña que llevaron a cabo García-Margallo y su equipo hizo que España consiguiera un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante 2015 y 2016.

Fernández Díaz, el ministro más polémico

Cuestionado y con una comisión de investigación pisándole los talones, Jorge Fernández Díaz deja el Ministerio del Interior con más sombras que luces en su gestión, empañada por las acusaciones de haber usado a la Policía para frenar la deriva soberanista en Cataluña y por haber sido grabado en su despacho.

Pero también por una guerra en la cúpula policial que no ha podido esconder o por la reunión que mantuvo en la sede ministerial con el principal imputado del caso Bankia, Rodrigo Rato.

Todo ello ha deslucido en buena medida los éxitos cosechados por las fuerzas de seguridad en materia antiterrorista y en la reducción de las tasas de criminalidad.

Sin embargo, no ha podido impedir su salida del nuevo Ejecutivo, que abandona pocos días después de que la Comisión de Interior le reprobara o de que la de Seguridad Ciudadana conocida como 'ley mordaza', pueda tener los días contados.

Ya no será ministro, pero si el Congreso cumple sus resoluciones, una comisión parlamentaria investigará el supuesto uso político de la Policía para dañar a los partidos soberanistas. Su cartera será ya de otro cuando se conozca -si es que se conoce- quién grabó a Fernández Díaz y al exjefe de la oficina antifraude catalana Daniel de Alfonso.

Gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la oposición, a la que precedieron otras. La muerte de quince inmigrantes en la tragedia de El Tarajal en Ceuta; su conversación con Rato; los informes policiales "anónimos" sobre cargos del Gobierno catalán y sobre Podemos, o la medalla a la Virgen han sido motivos que han esgrimido sus rivales políticos para pedir su cese.

Ni siquiera se ha librado de estas sombras la Dirección General del Tráfico, alejada históricamente de la rivalidad política partidista. Los escándalos que a principios de verano salpicaron al marido de su entonces directora general María Seguí condujeron a su renuncia voluntaria con un más que visto bueno de Interior.

Más lejanos en los casi cinco años de Fernández Díaz al frente del departamento quedan otros charcos en los que se ha metido, en muchas ocasiones por no eludir ninguna pregunta de los periodistas.

Bastan algunos ejemplos. Uno de ellos, en agosto de 2012, cuando Fernández Díaz dio por cerrado el caso del secuestro por el GRAPO de Publio Cordón e, incluso, ofreció en rueda de prensa detalles del cautiverio de la víctima, lo que llevó al entonces juez de la Audiencia Javier Gómez Bermúdez a abrirle diligencias por un delito de revelación de secretos, que finalmente quedaron archivadas.

Entre las 'perlas' más polémicas figura la comparación entre el aborto y ETA. "Algo tienen que ver, pero no demasiado", lanzó el exministro preguntado sobre el primer asunto en plena rueda de prensa para dar cuenta del importante golpe a la banda con la desarticulación de su estructura logística en Francia en 2013.

Apenas unos meses después, su director de comunicación dejaba su puesto. Interior había informado de varias detenciones del entorno de ETA cuando ni siquiera la Guardia Civil había iniciado la operación.

Morenés, cumplidor desde el perfil bajo

Pedro Morenés, que abandona el Ministerio de Defensa, ha actuado como un tecnócrata, bien relacionado con el mundo de la industria, alejado del fragor político, que ha demostrado su lealtad al presidente del Gobierno y ha dado un perfil institucional a la cartera de Defensa.

Durante sus cuatro años, más el casi año en funciones, al frente de Defensa ha afrontado los recortes presupuestarios, así como la remodelación de las Fuerzas Armadas, el caso Zaida Cantera y la muerte de un cabo español en Líbano bajo fuego israelí.

El más polémico fue el caso de acoso sexual que sufrió la capitán Zaida Cantera por parte de un teniente coronel. Cerró el tema con la elaboración de protocolo de actuación contra el acoso sexual en las Fuerzas Armadas y pidiendo disculpas públicas a la víctima.

Otro de los momentos más complicados fue la gestión de la muerte del cabo español Francisco Javier Soria Toledo en el sur de Líbano por fuego de mortero israelí.

Su vinculación con el mundo de la industria de la Defensa le ha llevado a intentar solucionar los pagos atrasados y aprobar varios decretos ley, una vía que el Tribunal Constitucional ha considerado no apropiada aunque los ha admitido.

Morenés, que ha visitado en repetidas ocasiones las misiones en el exterior, ha sido valorado por las Fuerzas Armadas y sus máximos responsables.

Viejo conocido en el mundo de la Defensa y la Seguridad, Morenés se encargó de Defensa con el anterior gobierno de Rajoy tras ocupar durante los gobiernos de José María Aznar las secretarías de Estado de Defensa, Seguridad y Política Científica.