La gestora del PSOE está dispuesta a poner sobre la mesa un cambio de relaciones con el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) en la reunión que el asturiano Javier Fernández mantendrá con el líder catalán Miquel Iceta el próximo lunes. La dirección socialista es firme en su argumentario: si los socialistas catalanes han desobedecido la decisión de abstenerse dictada por el comité federal del PSOE, no deberían participar en él.

La gestora se plantea presentar a Iceta un modelo de relaciones similar al que mantienen en Alemania el Partido Socialdemócrata (SPD) con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Ángela Merkel. La clave estará en que los socialistas catalanes no participarían en los órganos de gobierno federales del PSOE, aunque ambos partidos sí establecerían vínculos parlamentarios, en el mismo grupo. Además, el PSOE se comprometería a no presentarse con sus siglas en Cataluña en unas futuras elecciones. Pero hay una consecuencia muy relevante: los afiliados del PSC no participarían en el futuro congreso del PSOE ni en las primarias para elegir secretario general. Esta decisión dejaría fuera de juego a una parte de los posibles apoyos de Pedro Sánchez.

Un nuevo modelo de relaciones no disgustaría a Iceta más allá de sus declaraciones públicas, sostienen fuentes socialistas. Con una relación más flexible, el PSC podría continuar con su discurso catalanista, aproximándose a Ada Colau o planteando modelos de consulta soberanista dentro del marco legal. Los socialistas catalanes consideran, en los últimos tiempos, que el PSOE no muestra la sensibilidad que esperarían ante la cuestión catalana. "Unas nuevas relaciones no implican ni una ruptura drástica ni que no puedan revisarse en un futuro", admiten fuentes socialistas.

El PSOE también prepara cambios en el grupo socialista para que diputados sanchistas (quienes votaron "no" a la investidura de Rajoy o añadieron la coletilla "por imperativo" a la abstención, como la asturiana Adriana Lastra) sean relevados de sus puestos de portavoces o presidentes de comisiones parlamentarias o como integrantes de las diputaciones permanentes.

Tal y como ya adelantó este periódico, las medidas contra quienes rompieron la disciplina de voto -separados de los integrantes del PSC, que se resolverán por otras vías- serían clementes: es decir, no habría expulsiones. Pero no livianas. Los anteriores miembros de la Ejecutiva de Pedro Sánchez continúan ocupando puestos en el grupo parlamentario. "Esa era una situación lógica entonces, pero no ahora", admiten fuentes parlamentarias. Medios socialistas consideran "natural" que tras el relevo de la anterior ejecutiva y la indisciplina de algunos parlamentarios se reordenen los cargos en las comisiones. "Supone un agravio para los afines a Sánchez que, en cambio, sí cumplieron con la abstención", admiten las mismas fuentes.

Los principales objetivos son la diputada Margarita Robles, presidenta de la comisión de Justicia, y la aragonesa Susana Sumelzo, portavoz de la comisión de Cooperación al Desarrollo. A la primera se le reprocha que, siendo independiente, haya tratado públicamente de "decir al partido cómo tiene que actuar". La segunda mantiene un grave enfrentamiento con el secretario general de Aragón y presidente autonómico, Javier Lambán. La sustitución de Robles tiene el inconveniente de que su nombramiento se adoptó mediante consenso de otros grupos parlamentarios.

Más inmediato puede ser el relevo del resto de portavoces, ligados a la ejecutiva de Pedro Sánchez. La asturiana Adriana Lastra, por ejemplo, que se abstuvo en la investidura de Rajoy pero recalcando la expresión "por imperativo", ha sido portavoz de la comisión de administraciones públicas y es miembro de la diputación permanente del Congreso. Esta remodelación también afectaría a la senadora asturiana María Luisa Carcedo, exintegrante de la Ejecutiva de Sánchez, en la diputacion permanente del Senado y portavoz adjunta.

La gestora centrará después su acción en preparar un marco de debate interno previo al futuro congreso federal. Ayer mismo, el diputado socialista vasco y excandidato en las últimas primarias el PSOE, Eduardo Madina, insistió en que no volverá a postularse a liderar el partido. Madina se mostró muy crítico con la etapa de Pedro Sánchez. "Si yo hubiese sacado 85 o 90 diputados -los que obtuvo el PSOE de Sánchez en las últimas elecciones- habría dimitido", señaló, ya que no se habría "dado por satisfecho" y "nunca hubiera inventado vías alternativas". Madina insistió en que en los años de Sánchez hubo "un exceso de mirada" hacia Podemos, partido que "bebe de la misma fuente" que Donald Trump.

Preguntado sobre si cree que Sánchez tiene opciones para volver a intentarlo, Madina recalcó que "el PSOE va a mirar hacia adelante", algo que vale para Sánchez pero también para él mismo, razón por la que no optará a las primarias.

El diputado vasco recordó que perdió el congreso contra Sánchez en 2014, pero él optó por callarse "para no molestar" y no ir "a Salvados a contar nada". A la afirmación de Madina de que él habría dimitido con los resultados que Sánchez obtuvo en las últimas elecciones, respondió vía Twitter la asturiana Adriana Lastra: "Por esa regla de tres, no tendríamos ni un presidente autonómico. Todos ellos han sacado los peores resultados de nuestra historia. En fin..."