La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que tiene por delante la difícil tarea de deshelar la relación con Cataluña, reconoció ayer que "fue un error" que su partido, el PP, no buscara un acuerdo con el PSOE sobre el Estatut antes de "proceder unilateralmente unos y otros". A su juicio, los dos partidos deben actuar al alimón en cuestiones de "diseño institucional" y no deben "cambiar una baldosa del edificio sin estar de acuerdo".

"Lo que no podía un partido (el PP) era votar algo que consideraba que no entraba dentro del marco constitucional. Hubo demasiadas reuniones en un sentido y la primera reunión que tenía que haber habido era la de los dos grandes partidos, que entonces lo eran aún más", se justificó.

El desembarco de la Vicepresidenta en Cataluña para presentar la cara más dialogante del Gobierno de Rajoy obtuvo ayer el pleno respaldo del PSC. Su primer secretario, Miquel Iceta, saludó el "cambio de predisposición" del Ejecutivo hacia el diálogo. "Vale la pena explorar esa posibilidad", dijo, aunque admitió que la tarea no será "fácil", porque "llevamos sin dialogar mucho tiempo y los problemas se han ido enconando y pudriendo".

Aun así, Iceta celebró que Santamaría, con la que se reunió la semana pasada, se "haya tomado esto muy en serio" y tenga "muchas ganas de sacar adelante la tarea encomendada, escuchar y hablar con mucha gente. Fue tranquilizador ver que hay un Gobierno dispuesto a escuchar".

La sintonía entre Santamaría e Iceta -que se reunieron la semana pasada en Barcelona- es tal que a la misma hora en que la "número dos" del Gobierno admitía en Madrid, ante los micrófonos de la Cope, el "error" del PP sobre el Estatut, el líder del PSC, en la Ciudad Condal, recordaba el recurso del PP y su "dura campaña" contra el texto, y juzgaba "conveniente que el PP dijese que no estuvo acertado (con esa actuación) y que fue un error, porque muchos catalanes quizá se creerían más que estamos en un momento distinto".

Ambos, además, condenaron sin ambages la cumbre para preparar el referéndum soberanista prometido por el president Puigdemont para el próximo septiembre. La reunión, convocada para la próxima semana, es la respuesta de la Generalitat a la imagen de diálogo que quiere proyectar Rajoy y una nueva concesión a la CUP, en medio de cruciales negociaciones para conseguir su apoyo a los Presupuestos de 2017.

En medio de una y otra acción política, los Mossos d'Esquadra detuvieron a dos de los cinco jóvenes de la izquierda independentista que la semana pasada plantaron al juez de la Audiencia Nacional que les había citado como investigados por quemar fotos del Rey en la Diada. La CUP llamó a la movilización y Podemos dijo que las detenciones, "políticas", inhabilitan el diálogo.