Puigdemont supera a Junqueras en la lista de políticos catalanes mejor valorados, según un sondeo publicado ayer. Cuando Mas regía el "procés", pasaba lo contrario: el president se veía siempre superado por el líder de ERC, por aquello de que la copia (Mas) era menos confiable que el original (Junqueras).
Eso no ocurre con Puigdemont, que es percibido como independentista fetén, no como advenedizo. Él está llamado a recuperar parte de los escaños que la antigua CDC (ahora el PDECat) ha ido dejándose en el camino a base de hacer suyo el programa de vida y diferencia de ERC.
Pero hay un problema: Puigdemont no quiere ser el candidato en las próximas elecciones. Mas sí, pero según el mismo sondeo, sólo un 20% de los catalanes desea que repita, y las nuevas caras de la vieja Convergència (Pascal&Bonvehí) perderían con gusto la barretina si volviera al negocio de la peletería.
¿Por qué este desmarque del exalcalde gerundense? Pues, para empezar, porque no hay tal: en el año que lleva al frente de la Generalitat nunca se le ha visto con demasiado apego al cargo. Y después por estos tres motivos:
1) Está hasta las narices de la CUP. A Mas le tocó ERC como socio, pero los anticapitalistas quieren romper con todo para independizarse (o romper sin más, que es "indie" además de "indepe") y Puigdemont quiere orden.
2) No va a haber referéndum, o si lo hay será unilateral, como el del 9-N, y sin apoyo de los "comunes" (Colau, Domènech); es decir, otro fiasco: juicios, inhabilitaciones...
3) No quiere perder ante ERC las próximas elecciones, las llamen como las llamen, y liderar la lista que conduzca a su partido a la irrelevancia política. O a lo mejor sabe que los comicios están próximos.
En resumen, no es tonto.
