Mercedes Fernández, presidenta del PP de Asturias, despide el congreso nacional de su partido con satisfacción. Será candidata en el congreso regional que se celebrará en un mes y cree que si el PP no ofrece imagen de unidad puede perder la oportunidad de gobernar en el Principado.
-Nueva etapa en el Partido Popular: sin Aznar y tratando de marcar distancia con la corrupción.
-Cada congreso supone una nueva etapa: o son nuevos equipos o se actualizan los modelos políticos... Efectivamente los congresos ordenan la historia de los partidos en una secuencia. Tuvimos el de la refundación, el del centro-reformista...
-Y este es...
-Este congreso acaba, como el anterior, con el tándem Rajoy-Cospedal. Y se refuerza la dirección porque la secretaria general, que también es ministra, supongo que tendrá que dormir algunas horas al día. La figura de coordinador (Fernando Martínez-Maillo) no es nueva: ya la ocupó Ángel Acebes en la época de Aznar para complementar las tareas de Cascos, que era secretario general. Creo que esta es una buena organización interna para trabajar con más eficacia. Luego se mantiene el equipo de vicesecretarios, jóvenes, que han trabajado bien. Como dice Rajoy, lo que funciona no se cambia. Por eso Andrea Levy, Javier Maroto y Pablo Casado siguen, con Javier Arenas.
-¿Y la corrupción ya es cosa del pasado?
-La corrupción nos azotó de una forma feroz. La propia Cospedal admitió que se tardó en reaccionar; yo pienso que un poco de la misma forma que los padres cuando pillan a un hijo en una falta, te cuesta. Pero entendimos que tenemos que asumirla de forma explícita y por eso se han llevado a cabo muchas reformas legislativas. La transparencia como bandera es el mejor antídoto. Si todos saben lo que hacen todos, la corrupción no tiene espacio. Nuestro compromiso ha sido claro y lo pasamos muy mal, no sólo en la dirección nacional, sino la gente en los ayuntamientos y nuestros afiliados, que tuvieron que dar muchas explicaciones en su entorno. Se sintieron un poco abochornados.
-Resuma el congreso en dos ideas.
-Unidad y liderazgo de Rajoy. Son las dos claves que nos diferencian del resto de partidos del panorama español, que tienen bastantes desencuentros y no pocos guirigáis. Rajoy ha sabido sortear todo eso con su serenidad, calma, inteligencia y una intuición política como he visto en pocos.
-¿Hay Rajoy para rato?
-Yo así lo creo. Está en su mejor momento político y con una capacidad de liderazgo incontestable. La inmensa mayoría de los afiliados estamos orgullosos de ese liderazgo, que conduce sin estridencias ni exclusiones, y todo lo resuelve de forma serena y con sentido común.
-Se han vivido tensiones a cuenta de la continuidad de María Dolores de Cospedal.
-Hay una persona que presentó una enmienda (contra la acumulación de cargos) que no la calificaría de anti-Cospedal ni anti-nadie. Las enmiendas son para añadir textos o mejorar los que hay. Esa enmienda fue rechazada y me parece de muy poco estilo que cuando el resultado de una votación no te complace digas que no fue correcta. Lo fue. Yo estaba allí, lo vi y participé.
-Usted participó en la ponencia política, junto a Martínez-Maillo. ¿Cómo fue?
-Pues con intenso trabajo. Fue la ponencia con mayor número de enmiendas. El trabajo en el propio congreso fue la parte última, pero la tarea fuerte y dura fue durante casi quince días en los que hablé con cada uno de los ponentes de la parte que me tocaba; no sólo una vez, sino hasta cinco veces, en muchos casos alcanzando acuerdos transaccionales. El grado de acuerdo final fue muy elevado. Algunas enmiendas llegaron vivas al cónclave, pero no pasa nada: se votan y se acatan.
-¿Qué implica la entrada de Luis Venta Cueli en el comité nacional?
-Satisfacción personal y política. Que Asturias cuente con un refuerzo allí es importante (la propia Mercedes Fernández es miembro nato del comité). Personalmente me encanta que esté Luis pero respecto a Asturias es un reconocimiento al trabajo del PP asturiano, en situaciones muy ásperas y difíciles.
-Explíquese.
-Nos hicimos cargo del partido en un momento tremendamente dificultoso, tras una escisión de Foro Asturias, cuando la afiliación del PP se quedó absolutamente desanimada. Cogí un partido que no estaba en su mejor momento: tuve que hacer muchas reuniones, tuve muchas tardes recorriendo concejos, hablando mucho. Finalmente, tengo la satisfacción de haber articulado una coalición electoral con Foro Asturias que recibió un notable alto por los asturianos. Cuando ganas, quiere decir que hay un acierto. Y ese acierto fue que las personas que tenían dudas al elegir entre dos opciones se las solucionamos con una papeleta única. Y ganamos dos veces.
-Fue un paso arriesgado.
-Hay que tener audacia y hacer cosas innovadoras, que permitan evolucionar a los partidos resolviendo retos. Somos un partido vivo que aprende de lo acontecido. ¿Quién podía imaginar que íbamos a aprobar los presupuestos del PSOE en 2015 y 2017? Eso es responsabilidad con los asturianos: política realista y compromiso. Yo estaba muy contenta en una tarea que me apasiona, que era ser portavoz adjunta en el Congreso, y me dijeron: "A Asturias". Y lo hice. Y preferí no trasladar esa responsabilidad a nadie.
-¿Por eso cree que la candidatura que anuncia Carmen Maniega está fuera de lugar?
-Creo que el PP tiene que ganar las elecciones en Asturias, donde nadie nos regaló nunca nada. Cada centímetro de avance nos cuesta muchísimo. Y como he dicho, del pasado hay que aprender. Cuando fuimos desunidos, con discrepancias internas o falta de entendimiento, el electorado optó por la izquierda. Tenemos unos antecedentes muy inmediatos y si queremos que el PSOE pase a la oposición tenemos que aprovechar un momento muy oportuno. El PSOE está seco, falto de ideas, va por detrás de la sociedad.
-¿Eso lo trastoca un congreso con dos candidaturas?
-Asumo los congresos como momentos importantes, pero me gustaría que de allí saliésemos reforzados, como partido de gobierno.
-¿Será posible una integración de Foro?
-Mire, la coalición electoral llevó muchas horas de trabajo y a partir de ahí respeto a Foro como partido. Hay buena relación con la presidenta, Cristina Coto, a la que agradezco su presencia en el congreso nacional junto con Isidro Martínez Oblanca, invitados por Rajoy. La coalición fue una suma de dos partidos: plantear cualquier otra cosa en el momento actual sería una falta de respeto decirla. Pero sí tenemos algo muy importante en común. Tanto el PP como Foro quieren que el PSOE pase a la oposición. Treinta años de Gobierno socialista son demasiados. ¿Cómo llegar a eso? Pues tendremos que tener conversaciones. A día de hoy hablar de opciones sería precipitado.
-¿El PSOE está correspondiendo al favor que supuso que el PP le apoyase las cuentas?
-Nosotros no apoyamos a Javier Fernández, sino que hicimos una apuesta para que Asturias tuviese cuentas aprobadas. Los parlamentos están para lograr acuerdos y hacer leyes. Si estamos en una jaula de grillos, los políticos ni somos útiles ni nada, y propiciamos que afloren partidos que nacen de los desacuerdos. El PSOE estuvo coqueteando con una izquierda desavenida, y nosotros permanecimos invariables en nuestra oferta. Me llaman la atención discursos como los de IU y Podemos, que nos quieren dar lecciones sociales, pero quien dio a la tecla del sí de las cuentas fue el PP. Me interesa la credibilidad de mi partido y eso implica generosidad. En el guirigay del "no" hay demasiada gente.
-¿Cómo afronta pues el congreso regional?
-Con ilusión, mucha confianza y con la esperanza de que nos catapulte a la victoria electoral; que ganemos y que estemos un ratito largo. Hay otras formas de hacer política. Asturias necesita la frescura y la novedad de otro Gobierno de otra naturaleza: hacen que la sociedad se vivifique, tome nuevos impulsos e ilusiones. Para eso debemos demostrar a los asturianos que estamos preparados y tenemos a los equipos necesarios. Me dedicaré a decir esto para que el congreso sea ejemplar, para que los asturianos nos vean con seriedad y oportunidad para gobernar.
