PSOE y Podemos están más lejos tras Vistalegre II. El triunfo de lo que el portavoz de las gestora socialista Mario Jiménez llama "pablismo leninismo" es el comienzo de un "viaje de la Puerta del Sol a Marinaleda" que rompe "todos los puentes con la izquierda". Pablo Iglesias eludió ayer aclarar el futuro político de su hasta ahora número dos, Íñigo Errejón, quien considera que debe ocupar "un lugar en primera línea" aunque advierte que "todas las posibilidades están abiertas".

Podemos ha dado un "giro a la extrema izquierda" y hay una "apuesta por la radicalidad", que hace "muy difícil" que el PSOE y Podemos puedan "trabajar juntos" en las instituciones, afirmaba ayer Jiménez en una entrevista radiofónica. El portavoz de la dirección provisional socialista lamenta que la asamblea ciudadana estatal de la formación morada haya perdido "una oportunidad para definir un espacio común". En cambio, se impone la lógica del histórico líder de IU Julio Anguita según la cual "lo mejor para una parte de la izquierda es que la otra no gobierne", lo que convierte a la derecha en "el mejor aliado de esa parte de la izquierda". Esa apuesta por la radicalidad es "la misma que llevó a España a unas terceras elecciones", añade el portavoz de la gestora. En contra de lo que sostiene el ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para Mario Jiménez lo ocurrido en Vistalegre es la constatación que "con el Podemos de Pablo Iglesias no se podía llegar a ningún sitio".

El futuro de Ïñigo Errejón -cabeza visible del sector morado con el que los socialistas podrían haber llegado a entenderse, según se desprende de las manifestaciones de Jiménez- está todavía sin aclarar. La pretensión de Iglesias de feminizar la organización amenaza la continuidad de Íñigo Errejón como portavoz parlamentario. La ahora portavoz adjunta, Irene Montero, jefa de gabinete de Iglesias y una de las más votadas por las bases, se perfila como posible sustituta del derrotado en Vistalegre. Iglesias aludió ayer también a otras posibles caras para esos cometidos, las diputadas Noelia Vera y Sofía Castañón, asturiana, además de la vicepresidenta cuarta del Congreso, Gloria Elizo, todas con posiciones fuertes en su equipo.

Cargos orgánicos

Resulta también muy incierta la continuidad de Errejón como secretario político del partido, cargo que, previsiblemente, desaparecerá en el futuro órgano ejecutivo. Todo ello, sin embargo, dependerá del consejo ciudadano estatal, máximo órgano entre asambleas, que se reunirá en el plazo máximo de dos semanas

El consejo de coordinación, la ejecutiva del partido, estará compuesta por entre diez y veinte personas, hombres y mujeres al 50 por ciento, elegidos por el Consejo Ciudadano de entre sus miembros, según el modelo organizativo que Pablo Iglesias consiguió imponer en Vistalegre II. Errejón es un valor fundamental, que debe estar en esa ejecutiva y en primera línea, según Iglesias, quien advierte que esa decisión depende del consejo ciudadano y no de él. El que sí estará en el órgano ejecutivo es Miguel Urbán, líder de los anticapitalistas, con quien Iglesias asegura que Podemos tiene una deuda que saldar.