El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha negado hoy conversaciones discretas con la Generalitat de Cataluña y ha llamado a las personas "moderadas" y "razonables" de Cataluña a dar la batalla para evitar que el Ejecutivo catalán dependa del voto de "una colección de extremistas como es la CUP".

Rajoy se ha referido a las pretensiones de los independentistas catalanes en una entrevista en Telecinco en la que se le ha planteado si, tal y como se ha venido publicando en algunos medios, hay ese tipo de conversaciones discretas con la Generalitat.

Lo ha negado, pero a renglón seguido ha señalado que si las hubiera, él no las iba a contar porque dejarían de serlo.

El jefe del Ejecutivo ha reiterado su posición respecto a Cataluña en defensa de la soberanía nacional y de que sean todos los españoles los que decidan lo que sea España. "No hay presidente del Gobierno en sus cabales que no defienda esta posición", ha añadido.

Rajoy ha reiterado los asuntos sobre los que está dispuesto a dialogar, como la financiación autonómica, las pensiones, la dependencia o los problemas demográficos.

También cree necesario que haya instituciones que representen a todos los catalanes, no sólo a los independentistas, que se acabe con la división generada por el proceso separatista y que la Generalitat no dependa del voto "de una colección de extremistas como es la CUP".

"Me parece lamentable. A ver si las personas que están con sentido común, con planteamientos moderados, la gente razonable, se une y da esa batalla que creo que es importante. Merece la pena y es justa", ha añadido.

Previamente, Rajoy había ratificado su disposición al diálogo con Cataluña pero para hablar solamente de los problemas reales de los ciudadanos de esa comunidad, no para celebrar un referéndum, para "liquidar la soberanía nacional" o para incumplir la ley.

Rajoy ha reiterado ese planteamiento en la conferencia de prensa que ha ofrecido junto a François Hollande al término de la XXV cumbre bilateral, en la que, según ha explicado el presidente francés, no han hablado sobre Cataluña "porque -ha dicho- no teníamos que hablar de ello".

El jefe del Ejecutivo ha sido preguntado por las informaciones en las que se apunta la posibilidad de una nueva vía de diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat y si está habiendo algún contacto que no se conozca entre ambas partes.

Ante ello, ha recalcado el mensaje que viene lanzando ante la apuesta soberanista en Cataluña, consistente en que sigue teniendo la mano tendida para hablar con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Pero ha aclarado que su intención es abordar "los problemas reales de los ciudadanos", como pueden ser, ha citado como ejemplo, las infraestructuras o la dependencia.

En ese momento ha criticado la ausencia de Puigdemont de la Conferencia de Presidentes al considerar que en ella se habló de asuntos que les incumbe a todos los españoles, incluidos los catalanes, como la financiación o la demografía. "De eso quiero hablar, y de infraestructuras, de inversiones, de lo que importa de verdad a la gente", ha insistido.

Si esa es su primera prioridad, la segunda ha dicho que es que las instituciones que representan al conjunto de los ciudadanos, los representen a cien por cien.

Algo que considera que no ocurre en Cataluña, porque cree que "al servicio de una ideología, el independentismo", se está dividiendo a la sociedad catalana.

En ese contexto, ha advertido, en alusión a la CUP, de los riesgos de dejar en manos de una fuerza "radical y extremista" el gobierno de la Generalitat y que sea la que pueda "nombrar quitar presidentes".

"Eso es muy malo para la salud democrática de las instituciones y de Cataluña", ha añadido antes de considerar que evitar que eso ocurra es su tercera prioridad.

Por eso, está dispuesto a hablar sobre esas tres prioridades, pero no para decidir cómo se incumple conjuntamente la ley.