El exjefe de la Oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso ha dejado claro que no reconoce "ni el contenido ni el valor legal" de las grabaciones difundidas sobre sus dos conversaciones con el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que además no ha escuchado "por higiene y salud mental".

"Cuanto menos esas grabaciones fueron ilegales", ha asegurado en su primera intervención ante la comisión de investigación sobre el supuesto uso político que hizo Fernández Díaz de los medios de Interior contra dirigentes catalanes independentistas.

De Alfonso ha subrayado que él no tiene conocimiento más que de algunos fragmentos "manipulados" que fueron grabados "por no se sabe quién y difundidas por no se sabe quién", tras lo cual ha apostillado: "Yo no he grabado esas conversaciones, no las he custodiado ni las he difundido".

Una vez ha dejado claro que comparecía de forma voluntaria porque no tenía "nada que esconder", De Alfonso ha insistido en la ilegalidad de esa grabación, como llegó a recordarle al Parlament de Catalunya, y ha advertido que solo contestaría a los diputados sobre los fragmentos que escuchó en la radio u otros medios.

De Alfonso, que intuye que se grabó desde dentro y que el ministro tampoco sabía que le estaban grabando porque, de lo contrario, no hubiera hablado de esa forma tan coloquial.

Ha expresado sus dudas de que hayan sido difundidas desde dentro del Ministerio y, en cualquier caso, la persona que las custodiaba habría sido la que cometió el delito de filtrarlas.

Igualmente, ha dicho desconocer la existencia de una policía contra Cataluña porque "nadie" le ha hablado en esos términos y si alguien lo hubiera hecho, no lo permitiría. "No me he casado en política con nadie".

"No soy independentista, amo a Cataluña, amo a su gente y quiero a su gente porque ha sido mi hogar durante 25 años", ha enfatizado De Alfonso.

Y en su insistencia de que desconoce quién grabó aunque "puedo tener mis ideas", De Alfonso ha explicado que el perjudicado precisamente por la difusión ha sido él, ya que fue cesado, recibió "amenazas" e "insultos", le "escupieron" en la calle y sus bienes sufrieron actos vandálicos. Además, de haberse tenido que separar de su familia para irse a otro destino.

Por eso, cree que nadie "en su sano juicio" puede pensar que haya sido él quien grabó y difundió la conversación.

"A mi ya me han matado una vez, pero no me voy a dejar matar más", ha recalcado De Alfonso después de arremeter contra la periodista del diario digital que difundió las grabaciones.

Ha reconocido que en los retazos de la conversación que ha escuchado tanto él como Fernández Díaz utilizaron un tono poco adecuado, pero "cuando se conversa en la creencia de que no hay nadie más, se hace de manera coloquial".

No ha dudado en reiterar que las grabaciones de las conversaciones están "manipuladas" porque, además, han sido "tratadas por muchas personas". "Han pasado por demasiadas manos, por las de quien las grabó, las custodió, las difundió y las publicó"

De Alfonso ha sido tajante: "no me ofrecen ninguna garantía", a la vez que se ha mostrado convencido de que su figura resultaba incómoda para muchos, que tenían el ánimo de atacar a la persona que "más hacía por erradicar la corrupción" y "eso es lo que creo que estaba sucediendo".