El líder electo del PSOE, Pedro Sánchez, telefoneó ayer a Mariano Rajoy para garantizarle su apoyo en caso de convocatoria de una consulta independentista en Cataluña. Sánchez y el jefe del Ejecutivo tenían una conversación pendiente desde que, el pasado día 21, el primero ganó las primarias. El diálogo se produjo ayer y es el primero que ambos mantienen -al menos que haya trascendido públicamente- desde la reunión que celebraron el 29 de agosto de 2016 en el marco de los contactos para la investidura del líder del PP.

Fue el líder socialista quien, según fuentes del Gobierno, llamó a Rajoy, que un día después de la victoria de Sánchez le mandó un mensaje pidiéndole que cuando tuviera "un minuto" quería hablar con él. Fuentes socialistas precisaron que Sánchez recibió "cientos de mensajes" tras su triunfo y que la llamada de ayer a Rajoy no es la respuesta a ese mensaje.

El Presidente ya había avanzado públicamente su intención de tener esa charla, aunque el lunes pasado dijo que no había querido hacerlo antes para no "molestar" al dirigente socialista.

Sea como fuere, en la conversación de ayer Sánchez garantizó a Rajoy que el PSOE estará en la defensa de la legalidad y la Constitución ante cualquier intento de romperla. Los dos partidos informaron en los mismos términos del contenido de la llamada: la conversación fue "fluida y normal" y los dos quedaron en seguir hablando próximamente.

En el Gobierno había creado inquietud la defensa de Sánchez de un "Estado plurinacional", aunque fuera dentro del marco de la Constitución. El portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, le pidió el viernes que aclarase su posición. El nuevo portavoz socialista en el Congreso, José Luis Ábalos, lo hizo ayer: al igual que en la etapa anterior de Sánchez al frente del PSOE, la postura será "siempre" la de respetar la ley y la legalidad, dijo el diputado valenciano.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se reconoció "tranquilizada" por las palabras de Ábalos, y después se dedicó a arremeter contra el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al que afeó su "tacticismo" electoral:

Partiendo de la seguridad de que no habrá consulta -porque no cabe ni en la Constitución ni en el derecho internacional, precisó- la Vicepresidenta trasladó una "sensación" que, en su opinión, empieza a extenderse. La "sensación" de que, con la "estrategia de anuncios de anuncios", Puigdemont "está buscando la reacción de todos los demás para alimentar un victimismo que ya no cuela". Se está creando así un "clima preelectoral" sobre la "instrumentalización" de un proceso que "no tiene salida".

Entre tanto, el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, pronosticó ayer que Rajoy no tendrá "más remedio" que recurrir a los Mossos d'Esquadra para retirar las urnas si quiere impedir que se celebre otra consulta como la de 2014.

Para Seoane, ya no se trata sólo de "una cuestión de voluntad política", porque, "si la ley no se respeta", el Gobierno de Rajoy sería "el hazmerreír".

"¿Si unos pueden cumplir la ley, por qué los demás no vamos a hacerlo? Sería un desastre. Si esto sigue por este camino, no habría más remedio, con todos los medios que tiene el Estado, de hacer cumplir la ley", avisó.