El presunto secuestro de Pilar Garrido Santamans, la valenciana que lleva desaparecida desde el pasado 2 de julio cuando unos hombres armados asaltaron en una carretera de México el vehículo en el que iba junto a su bebé y su marido, según la versión de este último, sigue siendo un misterio con más sombras que luces. En todo este tiempo nadie se ha puesto en contacto con la familia para pedir un rescate, por lo que las autoridades mexicanas sostienen que «no hay indicios de que este privada de su libertad».

No obstante, la familia de la víctima no cree que su marido tenga nada que ver con su desaparición y sostiene que después de un exhaustivo interrogatorio la policía federal ha descartado esa línea de investigación. ''Pondría la mano en el fuego por mi cuñado, él no tiene nada que ganar con todo esto'', remarca la hermana de Pilar Garrido.

Según asegura Raquel, el matrimonio no atravesaba por ninguna crisis y si esto fuera así su madre, quien estuvo viviendo con ellos en México durante dos meses apenas un mes antes del supuesto secuestro, se habría dado cuenta de algo. De hecho, iban a viajar juntos de vacaciones a España el próximo 24 de julio, donde pasarían una temporada de dos meses con el pequeño y con la familia materna. ''Tienen un carácter fuerte los dos, pero son tal para cual, llevan once años juntos y cinco de casados'', aclara sobre su relación.

La familia lo ha barajado todo y piden a sus secuestradores que la liberen. ''Aun tengo la esperanza de que llamen para pedir un rescate, hay casos en los que los secuestradores han tardado un mes o más en establecer un primer contacto'', argumenta Raquel. Por si esta esperada llamada llegara a producirse, su cuñado tiene preparada una cantidad de dinero con la que afrontar el supuesto pago del rescate.

El marido de la víctima denunció los hechos la misma tarde en que tres hombres armados con pistolas y una escopeta les hicieron detener el vehículo cuando regresaban a Ciudad Victoria tras pasar un fin de semana en la playa de La Pesca. No obstante, la familia prefirió no hacer público el secuestro hasta pasados quince días por recomendación de la policía. En los últimos días una llamada anónima permitió la detención de dos secuestradores en el estado de Tamaulipas por otro caso y por ello optaron por solicitar la colaboración ciudadana.

La pareja lleva tres años viviendo en este estado mexicano, donde la tasa de secuestros se ha disparado. Hace siete años también fijaron su residencia allí, pero regresaron a España por cuestiones de seguridad. ''En su mente estaba venirse aquí para que su hijo creciera en un entorno más seguro'', afirma la hermana de la desaparecida, asegurando que era una decisión conjunta de ambos. Sobre este ir y venir entre España y México argumenta: ''Aquí no hay trabajo y allí no hay seguridad''.