Susana Díaz reafirmó ayer su poderío político en el bastión del socialismo andaluz con una defensa de postulados sobre la organización territorial anteriores al congreso federal que siguió a su derrota en las primarias del partido. "Las personas por delante de los territorios; somos socialistas, nunca fuimos nacionalistas", afirmó la presidenta de Andalucía en la apertura del congreso de su federación, la más numerosa del PSOE, y en la que conserva intacto su dominio pese a la derrota de sus aspiraciones de hacerse con el liderazgo del partido. De ello quedó constancia con un respaldo a su gestión cercano al 95 por ciento y la exigua presencia de "sanchistas" entre los delegados. Como le reprocharon desde el sector que sustenta al actual secretario general de los socialistas, Susana Díaz no mencionó ni una sola vez en su intervención a Pedro Sánchez.

La presidenta accedió a la tribuna tras saludar a Alfonso Guerra, uno de los "históricos" al que se refirió en lo que fue visto como un desagravio, después de que la nueva dirección del partido prescindiera de él al frente de la Fundación Pablo Iglesias para sustituirlo por José Félix Tezanos, un antiguo "guerrista" integrado ahora en el círculo de confianza de Sánchez. La apertura del congreso sirvió también de homenaje a los antecesores de Díaz en la presidencia andaluza, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, presentes en el cónclave pese a estar ambos apartados del partido por su procesamiento en el caso de los ERE.

"Una Andalucía fuerte y de primera en una España cohesionada y solidaria que avance hacia un modelo federal". En estos términos está redactada la declaración de los socialistas andaluces sobre su posición la organización territorial, que marca distancia con la España plurinacional salida de las resoluciones del congreso federal. Los socialistas andaluces se resisten al término, como quedó en evidencia con el rechazo a la enmienda de los "sanchistas" en la que se defiende un modelo de Estado plurinacional. La justificación es que esa definición está ya establecida en el ámbito federal y no caben pronunciamientos añadidos sobre ella. "Los congresos regionales no se realizan ni para ratificar ni para rectificar lo ya aprobado en el Congreso federal, pues ya aprobado está", sostuvo ayer el encargado de defender la ponencia marco en el congreso, para quien el cometido de las federaciones territoriales es definir "qué tipo de autonomía queremos y su relación con el conjunto global".

Posición muy distinta mantienen los socialistas valencianos, quienes también celebraron su congreso este fin de semana. El PSPV apuesta por la reforma de la Constitución para adecuarla "al carácter plurinacional del Estado español" y propone reconocer "la asimetría estructural del federalismo español", según se aprobó en el plenario del Congreso.

En Extremadura quedó en evidencia que las heridas de la reciente batalla interna por el liderazgo del partido no están cerradas. Un histórico como el expresidente de la comunidad, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, instó a defender las posiciones socialdemócratas que el partido mantiene desde hace décadas y lanzó, en presencia del "número dos", José Luis Ábalos, un reproche a la nueva dirección al señalar que "Ferraz mantiene la fachada pero se vació todo por dentro". Guillermo Fernández Vara, uno de los "barones" que encabezó los movimientos internos que precipitaron la caída de Pedro Sánchez, seguirá al frente del partido en Extremadura. Se suma así a Díaz y al valenciano Ximo Puig, algunos de los que en su día fueron los más significados opositores al actual líder del PSOE y que pese a su derrota conservan su dominio territorial.