El asesor del comité de huelga de los empleados de seguridad del aeropuerto de El Prat, Juan Carlos Giménez, denunció ayer que la "convivencia" entre los trabajadores y los agentes de la Guardia Civil es "muy mala". A la sobrecarga de trabajo que soportan especialmente las trabajadoras de Eulen en los controles de seguridad, aseguró Giménez, se suma ahora la "presión constante de la Guardia Civil", hasta el punto de que ayer algunas de ellas acabaron "llorando".

El abogado del comité de huelga Leopoldo García Quinteiro acusó, por su parte, a la Generalitat de atribuirse una función de "arbitraje" que no le corresponde y denunció la "arrogancia" del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, "absolutamente incompatible con principios básicos del derecho democrático" al "amenazar" con el laudo arbitral.

A su juicio, "no se dan las condiciones" para un arbitraje obligatorio "mientras no se quiebren los servicios mínimos". Por ello, para García Quinteiro "la imposición del arbitraje obligatorio es una anomalía absoluta y un atentado directo al derecho fundamental a la huelga". El abogado advirtió que pretender "sustituir" a los trabajadores por agentes de la Guardia Civil "sería absolutamente ilegal".

El sindicato UGT expresó su solidaridad con los trabajadores, "por haber soportado estoicamente las presiones sufridas desde Fomento, que ha pretendido responsabilizarles de una situación de la que el máximo culpable es sin duda el Gobierno del PP".